CORRALILLO, Cuba, febrero, 173.203.82.38 -Después de cuarenta años de buen funcionamiento, el desagüe del alcantarillado de la calle principal del poblado villaclareño de Manacas, al centro de Cuba, ha sido totalmente cerrado. Ahora las aguas de lluvias, mezcladas con albañales, quedan estancadas dentro de muchas casas que, por el bajo nivel en sus pisos, no tienen por donde aliviar estas aguas totalmente contaminadas.
Cuando llueve, dichas aguas podridas alcanzan un nivel mayor a los cincuenta centímetros de altura dentro de las viviendas. El gobierno ha recibido ya decenas de cartas con quejas y reclamaciones, escritas por los v manaqueños. Pero nada cambia.
Se asegura a nivel popular que quienes cerraron el desagüe, tres connotados soplones de la barriada, lo hicieron sin autorización alguna, valiéndose únicamente del soborno y del tráfico de influencias, con el fin de favorecer sus casas y jardines particulares. Sin embargo, ni las autoridades competentes para el caso, ni el Poder Popular, ni la policía, se determinan a tomar cartas en el asunto.
También los pobladores enviaron sus denuncias al gobierno provincial de Villa Clara. Y como respuesta, recibieron la visita de la Subdirectora del Departamento de Higiene y Epidemiología Provincial, que solo hizo que los pobladores afectados firmaran las cartas que traía como constancia de que había hecho acto de presencia en el lugar. Pero nada más. Dijo que por no tener ella un auto, no se podría desplazar hasta el desagüe del alcantarillado.
Por otra parte, cuentan los pobladores que la única vez que se presentaron en el lugar los que dirigen el Departamento de Acueducto y Alcantarillados del municipio, fue para alertar amistosamente a los tres infractores de la ley, pero ni siquiera visitaron a los afectados.
Mientras, los tres infractores han iniciado represalias contra quienes les denuncian. Bombardean a pedradas, noche a noche, los techos de estos vecinos. Provocan escándalos verbales contra ellos, vierten de madrugada desechos de heces fecales en las casas afectadas, y acosan con actitud violenta a sus moradores.
Los vecinos, molestos por tanta injusticia, y sin poder contar con el apoyo del gobierno, ni de la policía, ni de las instancias de la ley, han decidido actuar a su forma, abandonando, por inútiles, sus peticiones y quejas. Lo primero que hicieron fue que no asistió ninguno de ellos a los colegios electorales para votar en estas pasadas elecciones.
Tampoco han pagado nunca más la cuota mensual que les exigen las organizaciones del gobierno, como CDR, FMC y el sindicato en los centros de trabajo. Igualmente no han participado nunca más en reuniones políticas ni de trabajo. Y para completar, han resuelto declarar, abierta y públicamente, ante la prensa independiente de la Isla, las crueles acciones a las que están siendo sometidos.