PUERTO PADRE, Cuba, septiembre (173.203.82.38) – Los suelos saturados por las lluvias de julio y agosto impidieron preparar los campos para las siembras de otoño, lo cual pudieran disminuir la producción agrícola a corto y mediano plazo.
Aunque beneficiosas para los pastos y las plantaciones permanentes, las lluvias caídas este verano impidieron la preparación de tierras para la siembra de caña, granos y hortalizas, lo que repercutirá negativamente en la zafra azucarera 2012-2013, y en otras cosechas, en los territorios afectados primero por una prolongada sequía y luego por las lluvias excesivas.
Para sembrar en otoño (siembra de frío), en Cuba se prepara el terreno entre julio y agosto, meses secos, propicios para la roturación y nivelación de los suelos, que garantizan siembras óptimas entre septiembre y octubre.
Se prefieren estas siembras a las de primavera, que se realizan entre marzo y junio, porque a partir de septiembre los balances de humedad, temperatura y lluvia son más favorables para las plantas en la isla.
A partir de septiembre, en Cuba se siembra caña de azúcar, maíz, calabaza, frijoles, tomates, y con buenos resultados todas las plantas hortícolas, como la lechuga, el pepino, el rábano, la berenjena.
También se siembran cultivos esenciales y de base en la formulación de piensos, tanto para el ganado mayor como menor, e incluso el plátano, en agosto.
Puede decirse que en no pocos lugares del oriente cubano la reposición de plantaciones de caña, con destino a la zafra azucarera 2012-.2013 ya está en apuros.
Igual ocurre en las tierras destinadas al maíz, los frijoles y las hortalizas. Muchos campos que debían estar roturados y surcados se encuentran saturados y deberán pasar muchos días hasta llegar a la condición friable, cuando el tractor con el arado puede entrar en ellos.
Las lluvias también han jugado una mala pasada a los costos de producción. Hierbas indeseables cubren los campos y crecen lozanas. Cuando la situación lo permita habrá que chapear y extraer esa masa verde. Incinerarla sería contaminar el ambiente y degradar los suelos
Para la caña de azúcar no se necesitan los requerimientos agrícolas demandados por el ajo, la cebolla o la lechuga. Pero al roturar entre herbazales que llegan desde el tobillo hasta el pecho de un hombre, los tractores o los bueyes deberán marchar más lentos. Esto significa más consumo de petróleo y más horas de trabajo.
Por si fuera poco, como el ciclo de la caña sembrada en otoño es de 18 meses aproximadamente, la que debió sembrarse en septiembre es la que debía sostener o incrementar la producción azucarera en marzo de 2013. Pero eso va ser difícil de lograr.
Todo lo anterior afecta la producción de carne de cerdo, de ave, y con los huevos. El grano número uno en la formulación de piensos es el maíz, pero no podrá plantarse tanto como quisiéramos este septiembre.
Igual ocurre con los granos y productos de huerta. Al no poder sembrarse lo suficiente entre septiembre y octubre, quizás la gente tenga menos comida en diciembre, y en el primer trimestre de 2012.
Los precios de los productos agrícolas es posible que se mantengan altos; por ejemplo, una libra de frijol colorado cuesta ahora quince pesos. Incluso estos precios pueden subir, porque generalmente no bajan cuando la lluvia cae.