PUERTO PADRE, Cuba,junio, 173.203.82.38 – “Llegó el monstruo”, gritó alguien y, sin distinción de edad ni sexo, proveyéndose de sacos y cuantos envases encontraron a mano, los pobladores corrieron hacia el canal de aguas oscuras y densas, algunos armados con garrotes.
Aunque está surcado por zanjas y gruesas tuberías por donde circulan aguas negras, a este pueblo del oriente de Cuba le llaman, paradójicamente, Delicias. Aquí se asienta el central Antonio Guiteras, el mayor productor de azúcar en la Isla, dotado con dos industrias anexas para aprovechar sus derivados, la destilería que produce el ron Delicias y la fábrica de levadura Torula, empleada en la alimentación animal.
Soplando del suroeste, el viento empuja la corriente del canal tierra adentro, la cual arrastra a su paso, desde el mar, los residuos industriales que vierten las fábricas. Esto es una cosecha roja: agua carente de oxígeno, vida marina intoxicada, o lo que, en alusión a los restos del mosto fabril, la gente llama “el monstruo”.
“El monstruo” retorna al litoral y se introduce por el canal, que, cuando cambia la dirección del viento, circunda el poblado de Delicias. Por enésima vez en una trágica historia de muerte, cuyo inicio ya se pierde en el tiempo, este fenómeno hizo de las suyas hace pocos días sobre la que ya algunos entendidos llaman Zona de Desastre.
Miles de peces, grandes unos, y otros sin alcanzar las dimensiones y el peso propio de su especie, sacaban la cabeza del agua, tratando de conseguir una bocanada de oxígeno.
Cuando iba a concluir la mortandad desatada en la bahía por el vertimiento industrial, los chiquillos, adentrándose en el canal, la emprendieron a garrotazos contra los peces. El agua, ya sin oxígeno por los desechos vertidos, se transformó en un lodazal irrespirable; mientras, la ribera se colmaba de peces muertos o moribundos, que eran recogidos por la gente, bien para su propia alimentación, para vender, o para emplear en la alimentación de cerdos y pollos.
Esto ocurrió hace apenas quince días, pero viene repitiéndose, desde hace años, en cada zafra azucarera. Y ocurre con mayor frecuencia desde que entraron en producción la fábrica de ron y la de levaduras para el ganado.
Zona de Desastre
“Para que pueda existir vida en las aguas marinas, son necesarios cinco miligramos de oxígeno por litro de agua. En 1985, hicimos comprobaciones en la Zona de Desastre, y ¿sabe cuánto oxígeno había allí por litro?: Cero”, dijo un biólogo, solicitando anonimato.
La bahía Puerto Padre-Chaparra está divida por el pedraplén que une el cayo Juan Claro y la terminal portuaria con la Isla. En el lóbulo este de la dársena, está situada la Zona de Desastre, que va desde Punta de Venado hasta El Canal. Comprende esta zona unos cientos de metros de litoral, donde, desde el punto de vista ecológico, se han producido pérdidas millonarias.
Con arenas y vegetación costera, había allí una playa muy visitada por los lugareños. Hoy todo eso es pasado. Recorriendo el lugar, en vez de árboles, uno sólo alcanza a observar tocones. Y de la arena, ni hablar, puros pedruscos. ¿Qué decir de la vida animal?
“Yo tengo sesenta y dos años, y nací aquí, en este lugar mi padre me enseñó a pescar. Mi mujer y yo conseguíamos cuantos camarones necesitábamos, pero eso era en otro tiempo. Desde que la fábrica de ron y la Torula comenzaron a funcionar, no hay vida en esta bahía. Los peces y los camarones que logran huir, se salvan, y los que no, mueren”, comentó un profesor de enseñanza politécnica.
En condiciones normales, la zafra azucarera se extiende desde el mes de diciembre hasta mayo, pero esto no quiere decir que con la terminación de la molienda concluyan su producción las plantas de derivados del azúcar, las que continúan produciendo ron y alimentos para el ganado mientras cuenten con materia prima.
Según fuentes confiables, en la década de los 90, mientras se encontraban visitando la Universitaria de Las Tunas, fueron informados del vertimiento de residuales tóxicos en la bahía los finados Jesús Montané y Rosa Elena Simeón; a la sazón, él era ayudante del presidente del Consejo de Estado, Fidel Castro, y ella era titular del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente.
También en la década de los 90, la dirección del Ministerio de la Pesca en Las Tunas, dio curso a un proceso contra el Complejo Agroindustrial Antonio Guiteras, en la Sala de lo Civil y lo Administrativo del Tribunal Provincial, proceso que, según un investigador actuante como perito, fue declarado Sin Lugar.
De acuerdo con la Resolución No. 12/2012, del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, la destilería Antonio Guiteras debió reinspeccionarse en abril del pasado año. El objetivo de la inspección era: “Uso Eficiente del Agua y Tratamiento Residuales”.
El artículo 27, de la Constitución de la República de Cuba, dice: “El estado protege el medio ambiente y los recursos naturales del país. Reconoce su estrecha vinculación con el desarrollo económico y social sostenible para hacer más racional la vida humana y asegurar la supervivencia, el bienestar y la seguridad de las generaciones actuales y futuras. Corresponde a los órganos competentes aplicar esta política…”.