CABAÑAS, Cuba, agosto (173.203.82.38) -A principios de agosto nos visitó nuestra amiga Felicia, quien reside en el barrio rural de Santo Tomás, a unos ocho kilómetros al sur del poblado de Cabañas, en el municipio Mariel de la nueva provincia Artemisa, donde está nuestra casa.
La conversación giró sobre lo difícil que es la vida en esa zona rural por los efectos combinados de la crisis nacional, incluido el alto índice de robos, y la sequía que golpea a la isla desde meses atrás. “Tuvimos que abrir un nuevo pozo pues el viejo lo fuimos profundizando hasta que se secó” -explicó la visitante.
Los animales que poseen están en riesgo de morir. “Mi esposo tiene que cargar el agua para los once animales que tenemos. Casi no tienen comida pues nada más que hay marabú”.
Confesó su temor a que nuevamente les roben pues, tres meses atrás le llevaron cuatro carneros a uno de los hijos que vive cerca de ellos. “La policía anda para arriba y para abajo, pero casi nunca cogen a los ladrones. En cualquier momento nos roban de nuevo lo poco que tenemos”.
Tienen que comprar la manteca, el arroz y otros productos para completar la canasta básica, ya que no alcanza con lo poco que aun les venden por la libreta de racionamiento. Cocinan con carbón que produce uno de los hijos pues “la corriente en la zona no tiene fuerza para usar los equipos chinos. No tenemos dinero para pagar por un transformador por la izquierda. La vida en el campo es imposible” -expresó la visitante.
Mientras contaba sus carencias y angustias, comenzó la emisión del mediodía del noticiero nacional de la televisión oficialista (única permitida en el país). Parte del espacio fue dedicado a elogiar los resultados de la agricultura en diversas partes de la isla y criticar el hecho de que los ricos son más ricos y los pobres más pobres en EU, en medio de la crisis internacional.
El silencio que reinaba entre los tres se interrumpió con las reflexiones de Felicia “En la televisión no se ve la realidad que vivimos la mayoría de los campesinos, nada más saben criticar a los americanos. Dicen que allá cada día los pobres son más pobres y los ricos más ricos. Y aquí, ¿no está pasando lo mismo?”.