LA HABANA, Cuba, octubre, 173.203.82.38 -El derecho a la información se ha convertido en un reclamo a nivel nacional. Las manipuladas versiones que trasmiten los medios oficiales sobre diversos temas de actualidad, no convencen a la población. Están muy lejos de reflejar lo que verdaderamente acontece en el país.
Los falseados avances de la revolución ya no tienen cabida en el imaginario popular. Y aunque hasta las autoridades comienzan a calificar de aburridos, improvisados y superficiales los materiales informativos elaborados en el país, el pueblo quiere más.
Hastiados de conocer el número de indigentes en las calles de Nueva York, la falta de alimentos del pueblo somalí, o el nivel de corrupción de funcionarios en el gobierno francés, los cubanos desean noticias similares, pero de carácter nacional.
Como no hay peor ciego que el que no quiere ver y el pueblo se cansó de simular, se asombra con la imagen de tranquilidad ciudadana que se vende por los medios informativos del país.
De acuerdo con los noticieros nacionales de radio y televisión, mientras Cuba es un paradigma de bienestar, el mundo es un caos. Aquí todo se resuelve o está en camino de solucionarse, al menos en la pantalla o en el papel.
Los salarios son una bendición, el empleo está garantizado con la venta de rosquitas o tamales, y las nuevas viviendas surgen como hongos en una pradera gracias a la venta de materiales para la construcción.
Nadie quiere emigrar, todos aplauden la eficiencia de los sistemas de salud y educación, y quienes se quejan lo hacen porque no tienen una clara visión de lo bien que se vive aquí.
Con esos argumentos sale al aire cada día la Mesa Redonda Informativa de la televisión. Y aunque se considera mayoritariamente un engendro político manipulador, sirve de referencia para, invirtiendo términos, acercarse a la realidad.
El número creciente de ciudadanos que desea se respete y tome en cuenta su opinión, pide que la mesa redonda desaparezca o aborde temas de interés público en el país.
En carta dirigida al periódico Granma, un ciudadano expresó unirse a quienes piden que las mesas se nutran de palabras y opiniones con tema nacionales, y exigió crear un mecanismo que no tenga otro compromiso que con la verdad.
“Son muchas las mentiras y las manipulaciones que se ponen sobre esa Mesa”, señaló una trabajadora en referencia a una emisión del programa dedicada al recién iniciado curso escolar. “Los padres pintamos el aula, compramos los útiles de limpieza y un ventilador”.
El descontento es mucho, el nivel de manipulación y ocultamiento de la información también lo son. La gente quiere ver reflejada su realidad por muy dura que sea.
Los cubanos están cansados de que les pongan sobre la Mesa estatal temas como la hambruna en el cuerno africano o la corrupción en el sistema bancario internacional, cuando en las mesas de sus casas apenas tienen qué comer.