LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -El lunes 21 de marzo, en el Aula Magna, se efectuó la graduación de Doctores de la Universidad de La Habana correspondiente al año 2010.
En el acto se graduaron 100 doctores en ciencias específicas. De ellos 82 son cubanos, 33 son investigadores y docentes de ese alto centro de estudios, 49 pertenecen a otras instituciones cubanas y 18 son de otros países: México 13, República Dominicana 3, Mozambique 1 y Palestina 1.
Esta actividad resultó muy significativa para la masonería cubana, por eso estuvieron presente en la misma el Gran Maestro de La Gran Logia de Cuba y el Gran Tesorero, así como otros hermanos de diferentes logias. En la misma recibió el Diploma de Doctor Samuel Sánchez Gálvez (Cienfuegos, 1962), licenciado en filosofía y maestro masón de la logia Fernandina de Jagua, fundada el 16 de julio de 1878 en la ciudad de Cienfuegos.
En enero del 2007 Sánchez Gálvez realizaba las investigaciones para su tesis de Doctorado en Ciencias Históricas sobre el tema: Pensamiento masónico cienfueguero 1878-1902. Se trataba del estudio específico de las logias de una localidad significativa en la evolución de la nación cubana. Entre los objetivos del trabajo tenía como interrogantes: quiénes eran los masones, sus profesiones, sus tendencias políticas y su posición social, entre otras.
Al revisar los antiguos legajos de su logia encontró el del maestro masón Amelio de Luis Vela de los Reyes, oriundo de Aragón, en España, que pidió filiación a la Logia Fernandina de Jagua el 12 de abril de 1880 y prestó juramento en sesión del 20 de mayo del mismo año. En ese expediente encontró un diploma que ostentaba la firma de José Martí. Esto demostraba su filiación masónica con el grado de maestro masón, una vida activa en la logia y que ocupaba un cargo importante en la misma.
Recordemos que, en el acto por el centenario del levantamiento del 10 de Octubre de 1868, Fidel Castro dijo que se había arribado a los 100 años de lucha. Con eso inicio una campaña encaminada a demostrar que la gesta insurreccional, del siglo XIX, se mantuvo en el siglo XX durante la República y sólo alcanzó el triunfo en 1959.
En esta peculiar interpretación de la historia, se prohibió llamar a Martí Apóstol de la Independencia y se le denominó con el aséptico nombre de Héroe Nacional, lo que respondía al declarado ateísmo de la ideología marxista leninista. En ese contexto también comenzó a negarse su pertenencia a la masonería porque implicaba que creía en la existencia de un ser supremo.
De ahí lo trascendental, para la historia de nacional y de la Masonería cubana, el aporte de la tesis con la que obtuvo Sánchez Gálvez el grado de Doctor en Ciencias Histórica.