LA HABANA, Cuba, abril, 173.203.82.38 -El régimen cubano organiza una nueva farsa para las elecciones del Poder Popular. El procedimiento eleccionario transcurre a partir del próximo mes de noviembre 2012, con la nominación de las Asambleas Municipales y Provinciales, y concluye con la ordenación de 614 diputados nacionales, en enero del 2013. Es un proceso secreto, y se inició ya durante este mes de marzo.
Se están realizando reuniones con los delgados de circunscripciones (barrios) para conformar, en marzo y abril, las 169 asambleas municipales que hay en el país. Éstas son tuteladas por funcionarios del régimen. Pero en decenas de las reuniones celebradas hasta hoy, alrededor de 70 % de los delegados han advertido que no continuarán en sus cargos.
Un proceso similar se verificará entre junio y julio, para delegados de las asambleas provinciales. Y en septiembre-octubre, se efectuará un proceso equivalente para los diputados a la Asamblea Nacional, que, de facto se arregla con los 115 miembros del Comité Central del Partido Comunista, más funcionarios de los comités provinciales, y también con generales y coroneles del Ejército y el Ministerio del Interior. Se dejan algunas plazas “vacantes” a deportistas, como el catcher del equipo Cuba de béisbol, e intelectuales de probada fidelidad, como Miguel Barnet y Eusebio Leal a la nomenclatura.
Se conoce que en la Séptima Legislatura, iniciada el 23 de febrero de 2008, predominaron los delegados de la tercera edad y los militares comunistas, ya que los jóvenes declinaron ser nominados. Dado este hecho, se organizó el Noveno Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas en abril de 2010 bajo el eslogan: “La Juventud Comunista lista para el relevo”.
Sin embargo, Raúl Castro, en la Conferencia Nacional del Partido Comunista, que se celebró el pasado 28 de enero, reconoció que las nuevas generaciones carecen de calificación para regir el proceso. Y por tanto, los “dirigentes históricos” de la revolución se ocuparán al menos por diez años más de liderar el Partido y la revolución.
Recordemos que en la Séptima Legislatura, que transcurre, la propia Comisión Electoral Nacional reconoció que 20 % de los 8 millones 500 mil personas con edad para votar dijeron NO. Otros 2 millones de boletas fueron dejadas en blanco o anuladas.
Ya en la Sexta Legislatura (2003-2007), Fidel Castro había ideado el “voto unido”, para aprovechar las boletas anuladas y las dejadas en blanco, plasmándoles una X, que significaría voto unido, y sumarlas. Así fue como “legitimaron” la Séptima Legislatura.
Hoy, de nuevo el Partido Comunista, en secreto, engrasa la próxima farsa electoral, ya que la dictadura necesita dar una imagen de democracia, en medio de su crisis endémica y su falta de apoyo popular.
Un pequeño grupo de la oposición apuesta públicamente porque el pueblo, en estado de indefensión, se presente con un candidato anónimo, NO a la Octava Legislatura. De modo que la tiranía comunista, al cuantificar, tenga constancia del rechazo. Ello, por supuesto, no quiere decir que los comunistas admitirían una derrota, ni renunciarán a sus planes dictatoriales, pero al menos sufrirían una derrota moral.
En consecuencia, en días recientes se fundó, en La Habana, el Club del municipio Cerro, organizado por los activistas Rodolfo Reimón, Lázaro Granda y Erys Veloz, como parte de lo que pretende ser la cruzada ciudadana “No a la Octava Legislatura”.
La iniciativa busca hacerle frente a la coartada del Buró Político del Partido Comunista, cuyos dirigentes arreglan las elecciones usando tres dedos: el pulgar para darle vía al Máximo Líder, el índice para poner a sus funcionarios en los puestos claves, y el cordial siempre para enchufárselo al pueblo.