LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -El 17 de diciembre se cumplieron 207 años de la fundación de la logia masónica “El Templo de las Virtudes Teologales”, primera de su tipo fundada en Cuba. Este hecho trasciende la historia del país, porque en esa sociedad fue donde se organizó la primera conspiración para independizar a nuestra isla de la metrópolis española.
A esta logia pertenecían el capitán de carabineros Luis Francisco Bassave, el abogado José Joaquín Infante e Infante, Manuel Ramírez y Román José de la Luz y Sánchez Silveira, quienes, en octubre de 1810, fueron los principales encausados por el delito de rebelión.
Resulta significativo que, aunque esta tentativa de conspiración tuvo su origen en el descontento de los criollos ante los obstáculos que el gobierno colonial imponía al comercio de la Isla con los Estados Unidos, la misma contaba con un proyecto socio-político-económico sobre el cual los conspiradores pensaban constituir la futura república cubana.
El abogado bayamés Joaquín Infante e Infante fue el autor de la Constitución, aún hoy conocida por “la de Infante”. A este código, que es uno de los primeros de su clase elaborados en el Nuevo Mundo, se le considera la raíz del derecho constitucional cubano pre-castrista.
En su Constitución, Infante recogía el espíritu democrático y progresista de aquellos masones, inspirados en los ideales proclamados por la Revolución Francesa, de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y en los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
En su proyecto, Infante proponía simplificar la organización del Estado, reduciendo su burocracia y las cargas impositivas que afectaban la competitividad de los productores criollos.
Esta Constitución proponía una organización política en la que fuera predominante la función del poder Legislativo. Por otra parte, disponía que el poder Ejecutivo estuviera integrado de forma colegiada para prevenir los peligros de los gobiernos unipersonales. El Poder Judicial habría de funcionar mediante el sistema de jurados, ya en uso en Inglaterra, Francia y los Estados Unidos de América.
En su Código, Infante también se ocupaba de los Derechos sociales, entre los cuales contemplaba la asistencia gratuita en hospitales, la creación de asilos de ancianos y de casas de cuidados para niños de ambos sexos abandonados por sus padres, así como la enseñanza primaria gratuita para todos, y la construcción de cementerios laicos.
En cuanto a libertades públicas, Infante reconocía el derecho a la inviolabilidad de domicilio y de la correspondencia, así como la libertad de opinión, de prensa y el derecho de dirigir peticiones individuales a toda autoridad constituida.
En el ideario constitucional elaborado por Infante, se aprecia el enfoque de las normas político-sociales que se encuentran contenidas en la Doctrina Social Masónica, aspecto éste insuficientemente estudiado y generalmente desconocido, aun para los miembros de la Institución Masónica.