LA HABANA, Cuba, agosto (173.203.82.38) – El sistema empresarial cubano está integrado por 3 mil empresas y unidades presupuestadas. Debido a que las mismas continúan sujetas a los dictámenes de sus ministerios, no son autónomas y sus acciones dependen de las instancias superiores.
Como resultado de esa centralización, los planes del presente año están plagados de deficiencias, originadas por la mala planificación, lo que ha provocado que al cierre del semestre un número significativo de empresas acumulen pérdidas de consideración.
Ante el desajuste gasto-ingreso que confrontan muchas empresas por los incumplimientos de sus planes, sus ganancias han estado por debajo de lo planificado. Como no tienen fondos para pagar el salario de los trabajadores, algunas se han declarado insolventes. Ante tal situación, el gobierno tuvo que destinar multimillonarias partidas del presupuesto nacional para el pago de los salarios.
Las empresas con mayores pérdidas se reportan en el sector azucarero, por los bajos rendimientos cañeros y las ineficiencias de la industria. A lo anterior se suma el incumplimiento de ingresos al presupuesto nacional de un significativo número de empresas de comercio y gastronomía, lo cual obligó al gobierno a destinar 587 millones 900 mil pesos para subsidiarlas.
Si bien el gobierno se reserva la información relacionada con el total de empresas insolventes, y a los trabajadores se les paga el salario sin repuesta productiva, resulta contradictorio que se afirme que en el semestre hubo una positiva correlación de la productividad con el salario medio.
Las empresas agrícolas, por las distorsiones en que están atrapadas, la mala planificación y otros problemas, incumplieron en junio en 11 renglones, todos de gran impacto, porque tienen que ver con la sustitución de importaciones. Algo similar ocurrió en las empresas de los ministerios de la Industria Ligera, Informáticas y Comunicaciones, Construcción, Sideromecánica y los centros de productos biotecnológicos.
Estas empresas que reportan pérdidas, resultan una carga onerosa al presupuesto nacional, porque al ser sus gastos mayores que sus ingresos, absorben montos significativos del presupuesto.
La solución para acabar con ese desajuste, es que el gobierno cumpla con los lineamientos 17 y 18 aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista, que señalan que las empresas con pérdidas sostenidas serán sometidas a un proceso de liquidación y no recibirán subsidios ni financiamiento del Estado.
El lineamiento 17 plantea que las empresas insolventes podrán ser transformadas en otra forma de gestión no estatal. Esto da la posibilidad de que sean licitadas públicamente para que ciudadanos cubanos o extranjeros las adquieran y conviertan en entes capaces de auto gestionarse, y en cooperativas con capital mixto o privado.
Estas empresas reúnen a miles de trabajadores que cobran salarios sin resultados económicos. Por las pérdidas que reportan, técnicamente están en quiebra, pero continúan funcionando por el dinero que les asigna el gobierno, para que los trabajadores no queden en el aire.
Los millonarios gastos asignados para mantener estas empresas, no deben continuar. Son una suerte de maldición para la economía, y no queda otra alternativa que ponerles fin.