LA HABANA, Cuba, agosto, 173.203.82.38 -La sociedad civil cubana tiene ante sí la disyuntiva de optar por un futuro protagonizado por nuevos caudillos o adoptar un sistema de gobierno democrático.
El caudillismo ha sido factor determinante en el proceso de formación socio-cultural de los cubanos, una tradición que Castro ha institucionalizado para perpetuarse en el poder. Esta cultura ha permeado las organizaciones civiles sobrevivientes de la sociedad pre castrista y los movimientos opositores. Tanto el gobierno, como las instituciones religiosas y fraternales, y la oposición, apuestan por una estructura de dirección vertical.
Precisamente, la verticalidad gubernamental ha llevado al país al estado en que se encuentra. Las carencias materiales, y lo que es peor, la crisis de valores que esta política oficial ha propiciado; es la causa de la apatía y la desesperanza en que están sumidos los cubanos.
Por su parte, la oposición no ha sido capaz de romper con este esquema de estructura autoritaria, dificultando con ello su capacidad de negociación interna para alcanzar acuerdos unificadores que le permita presentar un frente común al régimen.
El castrismo ha introducido las reformas que considera necesarias para sacar al país de la crisis en que el mismo sistema lo ha sumido; no obstante, todo indica que las mismas serán tan inefectivas como otras aplicadas con antelación por el propio gobierno.
Ante una previsible transición, puede percibirse que ni el actual equipo gobernante, ni la oposición, y mucho menos, las agónicas organizaciones que la bloguera Yoani Sánchez califica de “neo gubernamentales”; tienen una respuesta para sacar al país de la paralización en que se encuentra.
Desde hace algún tiempo, se viene observando la aparición de nuevas organizaciones independientes en la Isla, cuya importancia radica en que han ido trascendiendo el ámbito exclusivamente político, para insertarse en aspectos de interés social que comprenden desde guarderías infantiles, la educación, el asesoramiento jurídico a la población, la informática, los medios de comunicación alternativos, hasta el cuidado de animales y la naturaleza.
La llave que abrirá las puertas a los cambios en Cuba es esta sociedad civil constituida por nuevas asociaciones de basamento pluralista y horizontal, aptas para trabajar en los aspectos que la sociedad requiera.
En el accionar de estas organizaciones se formarán los nuevos líderes capaces de aceptar la convivencia en el pluralismo y la diversidad, factores necesarios para que emerja un país plural, progresista y democrático.