LA HABANA, Cuba, septiembre, 173.203.82.38 -El pasado 7 de septiembre fue presentado el número 16 de la revista Voces en la casa de Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar. Como siempre, acudieron decenas de personas. No solo fue el lanzamiento de otro número de una revista alternativa, ni podía serlo, porque la muerte de Oswaldo Payá ha sido, más allá de si fue un asesinato político o no, un acontecimiento de repercusión trascendente en la historia de los reclamos pacíficos para reinstaurar los derechos humanos en Cuba.
De manera que en esta ocasión la revista Voces se concentró en agrupar testimonios y textos de reflexión sobre la vida, la lucha y el legado de un opositor que, incluso cuando quería democratizar la sociedad cubana partiendo de la misma Constitución vigente en el país desde hace décadas —o gracias a eso precisamente—, se convirtió en uno de los enemigos internos más temibles para el gobierno. De eso no cabe la menor duda.
Antes de la presentación del nuevo número, se exhibió un video que, sin ninguna pretensión artística, fue editado solo para documentar un hecho de gran magnitud recogiendo distintos momentos del velorio y el entierro del líder del Movimiento Cristiano Liberación. Varias secuencias de ese acontecimiento alcanzan un significado indescriptible y una connotación que seguirá vibrando a lo largo de los años futuros. Los gritos de “¡Libertad, libertad!”, la comunión entre opositores con diferentes principios y estrategias, la disposición innegable de los que acompañaron el cadáver, fueron un tributo al líder y, además, un mensaje enérgico enviado a lo más alto de la horrorizada y sin futuro gerontocracia dispuesta a hacer cualquier cosa por permacer en el poder.
Un plegable, repartido antes de la presentación, explica la naturaleza ya conocida de esta revista (“atrevida, moderna, inusual”), al tiempo que reconoce que “hacer una revista independiente en Cuba es difícil y riesgoso”, además de los altos costos del papel, la ausencia de imprentas que brinden servicio público, el miedo lógico a ser condenado judicialmente por el gravísimo delito de propaganda enemiga. “En fin, mil y un motivos que harían desistir a cualquiera de crear una publicación alternativa”, explica el texto. Voces se distribuye fundamentalmente en formato PDF y en sus páginas acoge lo mismo artículos periodísticos que poemas, entrevistas, ensayos o crónicas. En sus (al menos) diez números anuales aparecen numerosos dossiers temáticos, controversias y homenajes. La revista se destaca también, según el plegable, “por una gráfica novedosa y por momentos lúdica”.
Este número 16 —presentado por el escritor, fotógrafo y periodista Orlando Luis Pardo— arranca con un poema de Baltasar Santiago Martín que data de 2008 y que termina asegurando que las firmas recogidas por el Movimiento Cristiano Liberación, descorrerán el telón / de ese mañana / que ya no tardará. A continuación, hay un hermoso y sobrecogedor escrito de Rosa María Payá, hija de Oswaldo Payá, donde confiesa, hablando en presente de un pasado, que “vivir con él no es simple, es un coexistir con el desafío, con ese que, sin proponérselo, te muestra que se puede vivir en la verdad, que se es feliz de esa forma”. Luego hay un texto, titulado con toda justeza “El amor no pasará” (parafraseando una cita del apóstol Pablo en el Nuevo Testamento), firmado por Ofelia Acevedo, esposa de Oswaldo Payá durante toda una vida, en el que confiesa que “cada vez que Oswaldo tenía ocasión, un breve tiempo libre tras concluir algún trabajo en los hospitales de la ciudad que lo llamaban para hacer su trabajo (reparando equipos médicos), silenciosamente me sorprendía su abrazo”. El título, además, se refiere con toda seguridad a la que debió ser una divisa fundamental en la vida tanto personal como pública de su esposo, y cuya esencia pudiéramos completar con una afirmación de solo tres palabras que quizás se hallaba en la raíz misma de su misión: “el odio pasará”.
“Oswaldo Payá y la eterna viudez de Cuba” se titula el artículo de Yoani Sánchez donde comenta la existencia y la labor del líder del Movimiento Cristiano Liberación y dice: “… caviló sobre las profundas contradicciones que marcaban la vida en Cuba. Si alguien conocía bien esas incongruencias, era él”. Más adelante escribe: “Ningún analista habría proyectado una Cuba sin Oswaldo Payá, pero con la pesada presencia aún del Comandante en Jefe”. Sobre la intolerancia y el odio con que el gobierno cubano trata a la oposición pacífica, trata el texto de Rafael Rojas (“Cuando un opositor muere”). El pastor protestante Mario Félix Lleonart, en su artículo “Mi encuentro con Payá”, cuenta que tampoco pensó jamás en una era cubana post-Castro sin ese hombre ejemplar. Jorge Ignacio Domínguez, en el blog Tersites Domilo, inserta el texto “Las noches de San Juan de Letrán”, donde habla de su larga amistad con Oswaldo Payá.
En fin, este número 16 de Voces dedicado al extraordinario líder del Movimiento Cristiano Liberación se completa con diversos artículos firmados por nombres como Manuel Cuesta Morúa, Mijaíl Bonito, Dagoberto Valdés, Miriam Celaya, Carlos Manuel Estefanía, Enrique del Risco, Orlando Luis Pardo, Armando de Armas y Tracey Eaton. Lo mismo los que lo conocieron como los que no conocieron, todos se unen en una ofrenda profundamente sincera, conmovedora, a ese hombre que se llamó Oswaldo Payá, cuyo legado moral nos será imprescindible en esta hora oscura de Cuba y también en el futuro.