LA HABANA, Cuba, junio, 173.203.82.38 -Un trabajo de la periodista Yudy Castro Morales, publicado en el periódico Granma, el pasado 28 de mayo, refleja los daños que le ocasionan a la economía la larga cadena de impagos que como una epidemia infecta la actividad contable y financiera de las empresas cubanas.
En dicho trabajo se hace referencia a las cuentas por pagar pertenecientes a la Empresa Nacional de Conservas y Vegetales. Por tales atrasos, la Empresa de Envases de Occidente, que produce los envases para las compotas, determinó no entregarle más latas hasta que no pague.
La empresa de envases metálicos elevó, además, una denuncia al Tribunal Popular Provincial de La Habana, para que dicte sanciones contra la citada empresa de conservas, de acuerdo con las violaciones cometidas.
Como se le suspendió a la empresa productora de compotas la entrega de latas hasta que pague lo que debe, se ha complicado de manera extrema el ciclo productivo de la industria conservera. Al no tener dinero para pagar las cuentas, no pudieron recibir los envíos de los cerca de 10 millones de envases de hojalata que necesitan para poder cumplir su plan de producción del año.
El tema también fue abordado en otro trabajo publicado en el periódico Granma, el 18 de junio, por el periodista Eduardo Palomares Calderón, según el cual, las dos fábricas de conservas de frutas de Santiago de Cuba se paralizaron por falta de envases.
Tal situación cobra mayor dramatismo porque Santiago de Cuba reporta en este año las mayores cosechas de mango de los últimos tiempos. Dicha provincia es la mayor productora de la fruta en el país. Pero para cumplir las 10 mil toneladas fijadas en el plan de producción de compota y mango en almíbar, en sus diferentes formas, las fábricas santiagueras necesitan 102 mil latas.
Al no tener envases, las fábricas se han visto obligadas a paralizar su producción y cerca de 600 toneladas de la fruta fueron destinadas a alimentar cerdos, lo que ha ocasionado graves afectaciones en la producción de compota y en el salario de los trabajadores.
Todo este mal trabajo de la industria alimentaria es consecuencia de la irresponsabilidad demostrada por sus funcionarios en el ejercicio de sus funciones. De haber cumplido con sus obligaciones y honrado los contratos firmados, hubiesen evitado tan lamentable situación.