LA HABANA, Cuba, agosto, 173.203.82.38 -La Sra. Mariela Castro, obviamente orgullosa de pertenecer a la cepa de los Castro y usando palabras cargadas de desprecio, ha cometido la insensatez de hablar sobre lo que no sabe. Y digo esto por no pensar que también padece ese síndrome de su familia, que los hace satanizar, difamar y reprimir a todo el que contradiga su discurso.
Esta señora anda afirmando por estos días que la boda de Ignacio Estrada Cepero y Wendy Iriepa, el Observatorio Cubano de los Derechos LGBT y otros proyectos o acciones en que han participado activistas LGBT no oficialistas, son formas de hacerle el juego al “imperialismo”. Según la versión de Mariela Castro, “el Imperio” nos está enviando dinero para desarrollar todas estas actividades, que tienen como objetivo derrocar al gobierno. Lo que hacemos, nuestra lucha, no obedece a la situación de discriminación, represión y exclusión a que estamos sometidos los homosexuales cubanos, sino al pago que recibimos; convirtiéndonos así en mercenarios.
Nos gustaría explicarle a esta señora -que sin ser lesbiana, bisexual o transgénero , al menos no abiertamente, ha asumido el monopolio de la defensa de las personas LGTB en Cuba- que ella no tiene, ni nunca tendrá, idea de lo que hemos sufrido los homosexuales cubanos por culpa de este régimen represor y homofóbico instaurado por su familia. Aclaro que, a diferencia del CENESEX que recibe grandes sumas de dinero de diferentes ONGs para hacer una labor que no realiza, los miembros del OBCUD LGBT no necesitamos que nos pague nadie para luchar y exigir el respeto de nuestros derechos.
Mariela Castro, no está interesada verdaderamente en los problemas de las personas LGTB; en lo que sí está muy interesada, es en lograr que la opinión pública en Europa y el resto del mundo crea que también en Cuba el gobierno ha cambiado, y comenzado a reivindicar los derechos LGTB. Está interesada en que todas esas ONGs que colaboran con el CENESEX sigan creyendo que Cuba, gracias a ella y su CENESEX, se está convirtiendo en un paraíso para los homosexuales.
Ojalá quiénes la ayudan en esa farsa, comprendan que si Mariela Castro estuviese en realidad preocupada por el bienestar de las personas LGTB en Cuba, no sólo hubiera hecho lo posible para que las personas transexuales vieran materializado su sueño de reasignar su sexo; sino que habría llevado a cabo una verdadera e inclusiva campaña para promover respeto a la diversidad sexual, en lugar de hacer caso omiso a tantas propuestas que le hemos hecho, encaminadas a acabar con la homofobia en las escuelas, las familias y la comunidad.
Si la señora Castro estuviera verdaderamente interesada en el bienestar de nuestra comunidad, habría escuchado lo que nuestro proyecto, aun sin recursos, ha propuesto tantas veces al CENESEX.
Le sugerimos a la señora Castro que, antes de difamar, se informe mejor, quizás con los agentes de un cuerpo tan “bien informado” como la Seguridad del Estado, y podrá comprobar que no es cierto lo que dice. Si viviéramos en un Estado de Derecho, la demandaríamos por difamación y nuestros mejores testigos serían esos agentes de la Seguridad del Estado y sus informantes, que saben perfectamente que el OBCUD LGBT no ha recibido ni un centavo como pago por nuestra labor.
Aunque no vivimos en un país democrático, emplazamos a Mariela Castro Espín, a tener un diálogo sincero y respetuoso con nuestra comunidad. La emplazamos a permitirnos exponer públicamente, en Cuba, nuestros criterios y a encontrar juntos, el OBCUD LGBT y el CENESEX, una solución a los problemas que continúan afectando las vidas de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros cubanos.
Señora Castro: La emplazamos a demostrar que en verdad está usted interesada en el futuro de los LGTB en nuestro país y no únicamente en mejorar la imagen de la dictadura y lograr una opinión pública favorable para un gobierno que ha dejado sin sonrisa y sin futuro a tantos cubanos.
Leannes Imbert Acosta es Directora del Observatorio Cubano de los Derechos LGBT