CORRALILLO, Cuba, septiembre, 173.203.82.38 -A dónde ha ido a parar el tan promocionado “Plan Informático de 2012”, se preguntan muchos en Camajuaní, un pueblo del municipio Corralillo, en la provincia Villa Clara, al centro de Cuba. Allí el Joven Club se quedó sin computadoras de la noche a la mañana, debido a una orden gubernamental que dispuso trasladarlas para la sede del Poder Popular municipal, dicen que con el fin de utilizarlas en las elecciones que van a celebrarse en el mes de octubre.
El director del Joven Club tuvo que calmar a los pobladores, jóvenes sobre todo, que presenciaban, enfurecidos, la partida de las computadoras. Con su escasa verborrea, este funcionario prometió que muy pronto las máquinas estarían de regreso. “Pero ahora –discurseaba- la Revolución necesita más que nunca de estos equipos para asegurar que sean elegidos buenos dirigentes para el pueblo”.
Desde luego que nadie le creyó media palabra, pero qué más podían hacer que resignarse, sonriendo por lo bajito, ante aquella monserga.
El Joven Club es el único lugar de relativo esparcimiento de que disponen los habitantes del pueblo. No en balde son tantos los pobladores que marcaban en la cola desde las cinco de la madrugada, con la esperanza de hacerse de un turno para utilizar algunas de las escasas computadoras, bien para elaborar documentos para su trabajo, o para jugar un rato, o para estudiar, o para ilustrarse en la pobre medida que lo permiten los programas a que tenían acceso.
También, como en todas partes y en todos los sectores de la vida del pueblo, estaban los que no necesitaron nunca hacer la cola, porque compraban el acceso, o por gozar de apadrinamientos o amistades que le allanaban el camino a sus cuentas de correo, o incluso a Facebook, mediante asentamientos exclusivos de la dirección central, que es donde radica el servidor del Joven Club.
Por no contar a los agentes del orden o de la Seguridad del Estado, que llegaban y, sin mirar siquiera para la cola, iban directamente a curiosear en Internet, en busca de noticias sobre el trasero de Jennifer López o los ampulosos labios de Angelina Jolie.
Mientras, quienes dejaban desde el día anterior todo bien preparado para plantarse desde las cinco de la madrugada en la cola del Joven Club, y así tratar de acceder a la versión portable de la Enciclopedia Cubana EcuRed, fuente que están obligados a consultar para el desarrollo de sus tesis de curso, debían esperar paciente o impacientemente por la comodidad de los favorecidos.
El aliciente que les quedaba es que, como de algún modo tenían que invertir el tiempo de la larga espera, solían pasarlo comentando las novedades del pueblo.
Por ejemplo, la forma inexplicable y misteriosa en que el director del Joven Club, en cuestión de unos cuantos meses, había logrado deshacerse de su humilde casita y comprar una de las mansiones más lujosas de Camajuaní. Comentaban entonces que, según cuenta este funcionario, había acabado de recibir una importante herencia en España. Y era justo el momento en que la cola se animaba con risas, especulaciones y choteos sobre el tema.
De tal suerte, al ser despojados de las dos o tres viejas computadoras que le quedaban al Club, los vecinos de Camajuaní no sólo han recibido el tiro de gracia sobre su única opción para instruirse y fantasear, también perdieron la oportunidad de hacer la cola, lo cual les priva de su más socorrido pretexto para el comadreo.