LA HABANA, Cuba, julio (173.203.82.38) – En un informe de días atrás, destinado a dar cuenta de las normativas aprobadas por el régimen cubano para legalizar la compraventa de casas y automóviles, el periódico Granma criticaba -como causantes de ilegalidades y corrupción- las trabas que a lo largo de varias décadas han frenado esta transacción tan simple, mediante excesivas normas legales y regulaciones burocráticas.
Pues, bien, para ser consecuente con lo dicho, tal vez ese periódico tenga que criticar las nuevas normativas dentro de muy breve tiempo, por idénticas razones.
Según el último rumor que rueda en las calles de La Habana, la cacareada reforma sobre el sistema de compraventas amenaza con seguir entorpeciendo el entendimiento de tú a tú y la libre gestión de intercambios entre los ciudadanos.
También parece estar proyectado desde otras normas y ajustes burocráticos que no harían sino cambiar el roto por el descosido, buscando, no más faltara, la manera de que el régimen consiga sacar su buena tajada en las negociaciones.
Se dice que compradores y vendedores estarán obligados a realizar sus acuerdos a través de depósitos bancarios que les permitan al Estado verificar las sumas de dinero que se mueven, así como de dónde salen y hacia dónde van; amén de que les facilita el cobro de los correspondientes impuestos por el negocio, sin contar otras ganancias que se suman por las comisiones del servicio.
Claro que como una cosa lleva a la otra, junto a los rumores en cuestión, empezaron a rodar ya las iniciativas de los potenciales afectados. Eso es lo malo y lo bueno de las bolas que se relacionan con el actuar del régimen: a la vez que asustan en la víspera, y en tanto persiguen que la gente empiece a acostumbrarse al batacazo aun antes de recibirlo, también permiten organizar la riposta.
Y como en este caso la riposta no podría ser organizada más que a través de nuevos modos de corrupción e ilegalidades, únicas alternativas que siempre quedan para los de abajo, entonces, qué remedio, tendrá que reiniciarse el ciclo.
Asegura vox pópuli que de ser cierto eso de que las compraventas deberán efectuarse bajo el control absoluto del sistema, a la gente no le quedará otro remedio que hacer dos transacciones, una legal, con el banco, y otra libre pero ilegal entre el que compra y el que vende. Elemental, Watson: el roto por el descosido.
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