LA HABANA, Cuba, noviembre, 173.203.82.38 – Después que el fallecido ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, General Julio Casas Regueiro, fuera sepultado en un nicho del mausoleo del Segundo Frente Oriental, el gobierno demoró en llenar el vacío que dejó Casas.
La designación finalmente recayó en el popular General Leopoldo Cintra Frías, más conocido por “Polito”; un estratega a quien la fama acarició a través de un serial televisivo protagonizado por Pedro Rentería y Adela Legrá; telenovela que descorrió su trayectoria guerrera y el paralelismo amoroso con su esposa Miriam,
Sin embargo, el General Cintra Frías descolló como un posible candidato al hall de los viceministros de las FAR el día que, desde la trincheras de Cuito Cuanavale, durante la guerra de Angola, envió una carta para censurar la actitud de su superior, el General Arnaldo Ochoa, cuyo fusilamiento le abrió el camino para su nombramiento como vice ministro y jefe del ejército occidental.
Según la historia, el general Gromov fue el último militar soviético en abandonar Afganistán tras la derrota. Cintra Frías fue el último militar cubano en abandonar Angola, en una contienda que, de prolongarse, hubiera desembocado en otra catástrofe.
Polito, un militar valiente, fiel, e incondicional a su jefe, no posee las mismas facultades que su antecesor, Julio Casas Regueiro, un oficial creativo, capaz, con opinión propia, que tuvo el coraje de vetar algunas decisiones de Raúl Castro.
Ahora el nuevo ministro ocupará el despacho del 5º piso del edificio Sierra Maestra, pero se desempeñará como un simple oficinista, puesto que el mando absoluto de las fuerzas armadas continúa siendo un acápite en la agenda de Raúl, quien ejecuta sus actividades de gobierno en el 4º piso del propio edificio.
Raúl ama el ejército y se mantiene a la cabeza de la institución castrense desde hace más de 50 años; gobierna el país verticalmente con los estereotipos del “ordeno y mando” típicos de un hombre de armas. Desde que se desempeña como número uno del régimen, rearmó un gabinete y un politburó partidista, con un alto porcentaje de guerreras verde olivo.
El nuevo jefe de gobierno, un fan a la “meritocracia”, piensa que las virtudes más relevantes exigidas para un nominado a las carteras ministeriales, son las medallas obtenidas en los campos de batalla, tanto de la Sierra Maestra como de África.
Su modelo de gobierno tiene muchas similitudes con las juntas militares que gobernaron a Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay, Perú, Bolivia y Chile. El populismo latinoamericano, en su afán por ridiculizarlos, identificaba a aquellos dictadores militares como “gorilas”. Inexplicablemente, la similitud del gobierno raulista con aquellas dictaduras pasa inadvertida ante las plumillas de los caricaturistas políticos, quienes representaron en la década de los 70 a los citados “gorilas” como simios, emperifollados con gorras de plato y pechos repletos de medallas.