LA HABANA, Cuba, marzo (173.203.82.38) – La pequeña iniciativa económica privada experimenta un auge en la capital; aparecen los primeros carteles promocionales, de gran formato, en las fachadas de los inmuebles; es evidente cierto grado de permisividad por parte de las autoridades. Sin embargo muchos ciudadanos dudan que la actual apertura se mantenga a ritmo creciente, después de la celebración del VI Congreso del Partido Comunista (PCC), en la segunda quincena de abril.
Los cubanos, a los que no les faltan las ganas y el conocimiento, confiesan que están marcados por la misma rutina de tantos años. Desde su llegada al poder, en 1959, cíclicamente el régimen ha formulado maratónicos planes e iniciativas que siempre terminaron en fracasos: reformas agrarias y de vivienda; zafras azucareras, planes agropecuarios, por mencionar algunos.
Para el pueblo la incógnita principal es hasta qué punto los dirigentes están dispuestos a ceder parte del poder totalitario que han ostentado por más de medio siglo; ya que está demostrado que la independencia económica, tarde o temprano, conduce al individuo a la libertad política.
Esta oleada de nuevos negocios particulares no ha surgido de forma natural; como respuesta a la demanda del mercado, o a la posibilidad de crear dicha demanda. Hasta el concepto de propiedad privada, y el consiguiente respeto a la misma, están aún por definir.
No existe una verdadera competencia empresarial que decante los negocios viables de los condenados al fracaso; por el momento al menos, todo es forzado o disparatado.
En una misma manzana se pueden encontrar cuarenta casas que alquilen cuartos a turistas extranjeros, siete cafeterías, tres vendedores de discos y dos cerrajeros, lo que pone en serio peligro la supervivencia de estos negocios. Por otro lado, están los nuevos impuestos y mayores costos de las licencias, que han hecho que personas que habían mantenido sus negocios desde los años 90, hayan tenido que cerrarlos.
Al caos y las lagunas legales, se le suma el descontento que se está generando entre la población, por el desabastecimiento provocado por la nueva demanda de suministros creada por los nuevos negocios, debido a la ausencia de un mercado mayorista en el que puedan abastecerse, y a que estos nuevos negociantes no tienen acceso al comercio exterior, ni a créditos bancarios.