LA HABANA, Cuba, abril, 173.203.82.38 -Entre las mayores preocupaciones del movimiento de oposición pacífica en Cuba está sin duda el progresivo aumento de la violencia en todos los estratos del país. No es casual entonces que Manuel Cuesta Morúa, un destacado líder dentro de este movimiento, se haya planteado el activismo contra la violencia como una de sus prioridades. Precisamente sobre este tema tuvo a bien conceder a Cubanet la siguiente entrevista:
Cubanet: ¿Qué es el Libro Naranja contra la Violencia?
M. C. M: Es el intento de acopiar y recopilar con sistematicidad documentos y testimonios, temas relacionados con la violencia en Cuba. Pretende recoger las historias que pueden servir de lección sobre lo que no se debe permitir en materia de violencia. Para corregir la historia hay que empezar desde ahora a combatir la violencia. Cromáticamente hablando, el color Naranja, desde el punto de vista simbólico, fue elegido internacionalmente para representar la lucha contra la violencia. Según una antiquísima teoría china, el color naranja se refracta en la vista, y en la memoria del individuo tiende a pacificar conductas y pasiones.
Cubanet: ¿Aumenta la violencia en Cuba?
M.C.M: Desafortunadamente, aumenta. Hay violencia política y social, aunque no siempre fatal. Hay, sobre todo, violencia en el lenguaje como preámbulo de la violencia física.
Cubanet: ¿En cuál esfera predomina?
M.C.M: En la doméstica, intrafamiliar, en el hogar. Especialmente contra la mujer y en el campo, donde hay menos desarrollo cultural, más rigidez en los estereotipos, menos recursos materiales. Le sigue en gravedad la violencia entre los jóvenes, especialmente por carencias de recursos y de oportunidades para buenos empleos. El nivel cultural influye en la forma de solucionar los conflictos de convivencia. En las zonas rurales el tipo de vida y trabajo rudos se transfiere al actuar impulsivamente. Falta la mediación de la cultura. El alcoholismo influye mucho, es un disparador nato de violencia.
Cubanet: ¿Qué estratos sociales reflejan esa violencia?
M.C.M: Está más pronunciada en las franjas marginales, entre los olvidados de la sociedad, zona urbana o rural. Las urbanas presentan más violencia, aunque también, hasta donde conozco, hay predominio en círculos rurales. Recibí el dato que en febrero del presente año, hubo más de mil delitos de sangre en la ciudad de Cárdenas, provincia de Matanzas (con 101, 661 habitantes, Censo de 2002), y aunque no tengo el dato preciso, le sigue Palma Soriano, en la provincia de Santiago de Cuba.
Cubanet: ¿Cree que el gobierno enfrenta el problema con eficacia?
M.C.M: Da pasos, pero no hay suficiente energía. Tiene ahora una campaña para enfrentar la violencia contra la mujer, pero no parece tener un programa, una estrategia definida.
Cubanet: Esta labor suya y de otras personas, ¿la considera una alternativa eficaz para enfrentar la violencia?
M.C.M: Por supuesto. Es un plan alternativo cívico y creemos que tiene éxito. Desde el ámbito cívico, de ciudadanía, de cultura, han respondido positivamente. De eso nos alegramos. La plataforma femenina de nuestra organización, Nuevo País, lidera esta labor.
Cubanet: ¿Qué genera la violencia?
M.C.M: La pérdida de valores morales, asociada a miserias personales y sociales. En tercer lugar están los símbolos: cómo la sociedad condiciona sus relaciones y conflictos a partir del lenguaje público muy violento, agresivo contra el adversario, eso creo que es un disparador de violencia.
Cubanet: Deporte, recreación, clubes juveniles de pesca deportiva, de motos, de ciclismo; excursiones y otras formas sanas, tan carentes en Cuba, ¿pueden ayudar a disminuir el nivel de violencia?
M.C.M: Definitivamente, sí. Creo que transferir la energía de violencia hacia prácticas humanas sanas ayudaría mucho a disminuir el crimen.