LA HABANA, Cuba, julio (173.203.82.38) – Siempre he sentido gran admiración hacia aquellas personas que se dedican al estudio. Estudiar, incluso cuando no nos presiona la cercanía de un examen, es una vía para obtener una sólida cultura. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, el exceso de estudio aparece como una dilación ante tareas impostergables.
En una reciente entrevista publicada en el diario Juventud Rebelde, el presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Orlando Lugo, declaró en tres ocasiones que se estaban estudiando medidas que irían a eliminar trabas que afectan el desarrollo del sector agropecuario en la isla.
Lugo reconoció que el hecho de que el Decreto-Ley 259 establezca el usufructo de las tierras ociosas por un período de diez años, sin dudas constituye un freno al propósito de que el hombre permanezca en la tierra. No obstante, se limitó a expresar que se estudia la modificación de ese documento.
Después el presidente de la ANAP informó sobre aumentos en los precios de acopio de renglones como la caña, el café y el cacao, que han posibilitado algunos incrementos en los niveles de producción. Precios que no satisfacen a los productores. Y tras aseverar que también es conveniente estimular a los productores de miel de abeja debido a la elevación del precio de ese producto en el mercado mundial, Lugo manifestó que subir su precio de acopio, o sea, el precio que el Estado paga a los productores, estaba en estudio.
Casi al final de la entrevista, el dirigente campesino afirmó que el exceso de intermediarios en la comercialización impide que los alimentos lleguen rápido y con calidad a la mesa del consumidor. Abogó por que los hoteles puedan comprar directamente las cooperativas agropecuarias, sin necesidad de acudir a la empresa del Estado. No obstante, Lugo concluyó diciendo que se trataba de un problema sin resolver, y que estaba “en estudio”.
Lo relacionado con la alimentación del pueblo no es un tema para estudiar; es un asunto que requiere la implementación de medidas con la mayor prontitud.