LA HABANA, Cuba, agosto (173.203.82.38) – Pilar, desahuciada por los médicos, viajaba tres veces al año desde Guanabo, en la capital, a Guantánamo, en la región oriental, para recibir los medicamentos que aliviarían su cáncer hepático. Cuando su salud estuvo tan deteriorada que le impidió viajar, el biólogo que le suministraba las medicinas viajaba a la capital para continuar el tratamiento homeopático. Hubo un momento en que pareció que se curaba, pero falleció tres años después. Solía contar que el biólogo tenía muchos pacientes.
La población del Rhopalurus junceus, alacrán endémico de Cuba (conocido también como escorpión azul), se encuentra, si no en estado de extinción, sí reducida; la especie peligra debido a la caza furtiva. El veneno produce buenos dividendos.
Hace treinta años comenzó a extenderse el uso de la toxina del alacrán (también se conoce como colorado) por sus supuestas propiedades anticancerígenas. La zona desértica de Guantánamo es un hábitat natural del Rhopalurus y otras especies de escorpiones.
El biólogo guantanamero Misael Bordier está considerado como el hombre que abrió el camino para revelar los misterios y efectos de la toxina del escorpión, a partir de algunas evidencias. El empirismo con buenos resultados llamó la atención de los científicos de la Facultad de Biología Animal y Humana de la Universidad de La Habana, y de LABIOFAM, centro de investigación y producción de medicinas, único autorizado para la producción y distribución de medicamentos.
Ambas instituciones experimentan con el alacrán desde la década de 1980, y constataron las propiedades del veneno, capaz de retardar los efectos de la enfermedad, y como complemento de otros procedimientos en el tratamiento de los tumores malignos
“Se puede afirmar categóricamente -dijo José Fraga Castro, director de LABIOFAM hace unos años- que en la toxina del escorpión Rhopalurus junceus hay proteínas de bajo peso molecular que tienen función antitumoral. Teniendo en cuenta que el veneno es un pool proteico, es necesario llegar hasta el aislamiento de la proteína que tiene esa acción sobre el ADN de las células malignas”.
El cáncer ocupa el segundo lugar entre las causas de muerte en Cuba. En algunas provincias está en primer lugar.
Con tono precavido Fraga advierte: “No podemos perder de vista que los cubanos somos propensos a tomar cualquier cosa que se diga tiene efecto positivo en la salud, sobre todo si sabemos que no mata”.
El especialista añade que el 70% de los pacientes en fase terminal de cáncer mueren con muy mala calidad de vida, y si la toxina ayuda a aliviar el sufrimiento del enfermo se debe emplear.
Elvira Porch, especialista en Coloproctología, aprecia el empleo del veneno en la mejoría de pacientes graves con tumores digestivos. Asegura que un corte estadístico a 35 pacientes con tumores malignos en las vías digestivas, mostró un índice de supervivencia de once meses para los afectados por tumores del colon, y de dieciocho a veinticuatro meses para los de recto y ano.
LABIOFAM puso a la venta recientemente el medicamento elaborado a base de la toxina del Rhopalurus junceus. Están por verse los resultados definitivos, aunque personas no autorizadas cazan al escorpión azul indiscriminadamente, sin tener en cuenta el orden de la naturaleza ni los posibles daños ecológicos que esto puede ocasionar. Incluso ponen en peligro la especie.
Siempre tenido como un ser repulsivo, apenas aparece un alacrán la primera intención es aplastarlo. ¡Dejemos el pie tranquilo! El escorpión azul también es fuente de salud.