LA HABANA, Cuba, noviembre, 173.203.82.38 -Un nuevo sistema de gestión económica con arrendamiento de locales para el trabajo por cuenta propia en los servicios gastronómicos comenzará a aplicarse gradualmente a partir del 1 de diciembre, de acuerdo con las Resoluciones No. 241/12 del Ministerio de Comercio Interior, No. 249/2012 Ministerio de Finanzas y Precios y No. 46/2012 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Las actividades abarcan elaborador-vendedor de alimentos y bebidas no alcohólicas al detalle en puntos fijos de venta (cafeterías) y elaborador-vendedor de alimentos y bebidas mediante el servicio gastronómico (paladares). En ambas modalidades se pueden emplear trabajadores contratados, siempre y cuando el número de personas involucradas no sobrepase la cantidad de cinco.
El arrendamiento de los locales gastronómicos podrá incluir los equipos disponibles en ellos. Los gastos en mantenimiento y reparaciones, asi como el pago de los servicios de electricidad, agua y telefonía correrán por el arrendador según la tarifa residencial. Como sucede con los trabajos por cuenta propia anteriormente permitidos, los productos e insumos tendrán que adquirirse en el mercado minorista, y el sistema de pago de impuestos se corresponde con los mecanismos establecidos, comprendidos el impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo, los ingresos personales y el gravamen sobre los servicios públicos. Los trabajadores por cuenta propia asociados a este sistema de gestión deberán realizar pagos anticipados a cuenta del Impuesto sobre los Ingresos Personales, abonando como cuota mínimas mensuales los paladares 700 pesos cubanos y las cafeterías 400 pesos. Las cuotas mínimas podrán ser incrementadas por los Consejos de la Administración Municipal de acuerdo con las condiciones existentes en los distintos lugares.
El contrato de arrendamiento podrá ser suscrito por un término de hasta 10 años, prorrogable mediante acuerdo entre las partes y sin posibilidad de subarrendar a terceros. La aplicación del nuevo sistema comenzará el 1 de diciembre en las provincias de Artemisa, Villa Clara y Ciego de Ávila. Según el Artículo 5, Punto d) de la Resolución No. 241-12, “…los precios de los productos y servicios se liberan y se establecen de acuerdo con la oferta y la demanda, con la excepción de cigarros, tabacos y bebidas alcohólicas, que mantendrán el precio oficialmente establecido”. A su vez, se exonera del pago de arrendamiento hasta un año a aquellos trabajadores por cuenta propia que asuman la reparación de los locales en el primer año de trabajo y por única vez.
Como puede apreciarse, el sistema aplicado para actividades gastronómicas está diseñado para mantener un estricto control por el Estado sobre esos negocios, y tratar de que se mantengan con un nivel de gestión reducido. Ello se expresa fundamentalmente en el sistema de impuestos altamente progresivo, la obligatoriedad de solo alcanzar hasta 5 personas trabajando, de comprar los recursos en el mercado minorista y el reducido plazo de hasta diez años, prorrogable por acuerdo entre las partes, todo lo cual no brinda estabilidad a la gestión de esos establecimientos, ni estimulará la realización de inversiones para modernizar y hacer más agradables los mismos. Como en otras insuficientes medidas tomadas, en el arrendamiento de locales para actividades gastronómicas se refleja el temor gubernamental a dar a los ciudadanos una libertad económica real, que pueda promover posteriores ansias de libertad política, poniendo en peligro el poder omnímodo disfrutado por tanto tiempo.
Es muy probable que en estas condiciones los arrendatarios se vean obligados a incrementar sustancialmente los precios de los productos ofertados, tal y como sucedió con el arrendamiento a particulares de las barberías y peluquerías, aumentándose la ya notable inflación existente en un país donde los niveles salariales y las pensiones son misérrimos.
Por otra parte, en el contexto que tendrán que trabajar estas iniciativas, con tantas restricciones e impedidos de progresar más allá de los estrechos marcos de gestión permitidos, tendrán muy poca repercusión en la economía nacional en su conjunto, aunque quizás puedan elevar algo la calidad de los servicios que se prestaban cuando eran entidades estatales. Cuba no podrá salir de la crisis y progresar con la venta de refrescos azucarados y chucherías en negocios de subsistencia. Para que eso suceda se requieren medidas de mucho más alcance, realmente liberadoras de las fuerzas productivas, actualmente maniatadas por un sistema disfuncional y una gestión administrativa realizada por personas que no quieren aceptar que los tiempos de cambios radicales han llegado al país son inaplazables.