LA HABANA, Cuba, mayo (173.203.82.38) – Como se había anunciado a través de la Central de Trabajadores de Cuba, el 4 de enero comenzó uno de los pasos más polémicos y tensos del llamado “perfeccionamiento del socialismo cubano”, el reordenamiento laboral.
Pese a que la idea de su necesidad goza de consenso social, fruto de la reiterada propaganda sobre las plantillas infladas, el proceso genera inquietud. Las nóminas se reducirán en medio millón de trabajadores en pocos meses, en su primera etapa. La urgencia la impone el hecho de que la economía arrastra un gasto salarial desproporcionado.
A solo dos meses del inicio del proceso de reducción de plantillas, el pasado 9 de marzo, el gobierno emitió una circular donde se orientó a las empresas y organismos estatales interrumpir el trabajo de reordenamiento laboral y el reajuste de plantillas, con el pretexto de “comenzar un exhaustivo análisis que les permita reiniciar este proceso de forma progresiva y sin cometer injusticias”.
A los trabajadores que los comités de expertos de los centros laborales no dictaminen como idóneos, los declaran disponibles, y van para la calle, presumiblemente a trabajar en la naciente economía privada.
No es secreto el descontento popular y la poca aceptación que tienen los despidos masivos en momentos en que la crisis económica se agudiza, y los mercados estatales no satisfacen las necesidades de la población debido al desabastecimiento, unido esto al alza de los precios.
El gobierno autorizó a 171 mil personas a trabajar en el sector privado desde octubre 2010. Actualmente sobrepasan la cifra de 320 000 los que ya trabajan en algunos de los 178 oficios previstos, pero la realidad es que el número total de disponibles en el territorio nacional desborda las opciones particulares.
Ya desde 2003 más de la mitad de la población en edad de trabajo no tenía vínculos laborales, debido a los bajos salarios y las pésimas condiciones de trabajo. Tal vez los economistas del gobierno se hayan percatado a tiempo del desbalance en el nivel de relación de las fuerzas productivas, y el Producto Interno Bruto, y ordenaron detener el proceso de los disponibles hasta nuevo aviso.