LA HABANA, Cuba, mayo, 173.203.82.38 -Fumar ha dejado de ser algo voluptuoso para mucha gente. El rechazo al tabaquismo en casi todo el mundo ha empujado a los fumadores a cenáculos casi secretos. Algo así como logias de nuevo tipo en las que se reúnen personas de gustos selectos para embriagarse clandestínamente con el humo del tabaco y un buen licor.
No obstante, en La Habana el gobierno apuesta por lo contrario, y organiza anualmente el denominado Festival del Habano, con la correspondiente feria y subasta de estuches de lujo. Mientras que en la radio nacional, que al igual que la industria del tabaco y casi todo lo demás, es propiedad del gobierno, se escucha la propaganda anti-tabaco por el Día Mundial del Anti-tabaquismo.
Desde el año 2008, la venta mundial de puros habanos disminuyó. Eso lo admiten los directivos de Habanos S.A., una firma mixta del Estado cubano y la empresa franco-española Altadis, perteneciente a la multinacional británica Imperial Tobacco. Perjudican las ventas en el extranjero las campañas anti tabaquismo, más la crisis mundial, que afecta a muchos productos de lujo, como son los puros habanos.
También influye en el bajón de las ventas las prohibiciones de fumar en lugares públicos, adoptadas en numerosos países, sobre todo europeos, donde se sitúa el mayor mercado de puros habanos.
Hace una semana me invitaron a una fiesta y, al entrar, me señalaron el lado de los fumadores, cerca de las ventanas. En consecuencia, el salón de la fiesta se dividió en dos grupos, el de fumadores y el de no fumadores.
Cada vez son más los cubanos que renuncian al hábito de fumar. La propaganda de salud anti tabaco aumenta y, simultáneamente, la calidad de los cigarros que los cubanos podemos adquirir en moneda nacional, es escandalosamente mala, más si se tiene en cuenta que es una de las industrias tradicionales del país, reputada por la calidad del producto.
Resulta hasta peligroso fumar los cigarrillos conocidos popularmente como “tupamaros” o “made in casa”, fabricados en talleres clandestinos. La última variedad de cigarros marca H. Upmann, tipo Selecto, producidos por BrasCuba, una empresa mixta cubano brasilera, se vende en algunos lugares, en cajetilla dura, a casi un dolar (más que un dia de salario medio), pero sin el sello de garantía, lo que hace aun más fácil su falsificación.
Uno de los principales motivos de la disminución de la cantidad de fumadores en la isla es el alto precio de los cigarrillos de mejor calidad, que cuestan un dólar o mas el paquete; un precio prohibitivo para la mayoría de la población.
Prácticamente los únicos que aun fuman los puros –que aquí se llaman “tabacos”— que se venden en moneda nacional, y son de muy mala calidad también, son algunos ancianos, que no logran vencer el vicio. Entre los jóvenes, es raro encontrar alguno que prefiera fumar tabaco en lugar de cigarrillos.
Como en todo el mundo, fumar está pasando de moda en Cuba, pero aquí se debe más al cuidado de la salud del bolsillo, que a la del cuerpo.