LA HABANA, Cuba, marzo (173.203.82.38) – Si me preguntaran por los elementos que caracterizaron la más reciente edición de la Feria del Libro de La Habana, respondería que uno de ellos fue la escasez de nuevos títulos que despertaran el interés de los lectores. Únicamente las reediciones de textos de Herminio Almendros, Daniel Chavarría y Leonardo Padura (y otros que no harían la lista muy extensa) contaron con el favor del público. Por supuesto, los autores que mantienen una posición de enfrentamiento al sistema comunista fueron, una vez más, los grandes ausentes de esta cita del libro y la literatura.
El otro elemento que quiero destacar, y que sin dudas marcó el evento, fue el linaje de los escritores e intelectuales invitados. Entre ellos sobresalió el narrador y ensayista venezolano Luis Britto García, Premio de las Letras de ALBA 2010. Claro, con semejante galardón en su expediente, no es muy difícil concebir el talante de ese señor. Sin embargo, bastaron unas declaraciones que formuló a la prensa oficialista, para que reafirmara lo que de él imaginábamos.
Cuando le preguntaron por la situación en su país, Britto respondió que el problema fundamental que encara Venezuela es la “rancia oposición” que dificulta la gestión del presidente Chávez. Es decir, que el escritor no lamenta las acciones del gobernante que apuntan hacia la imposición de un régimen totalitario. Por el contrario, él sufre porque el hombre fuerte de Caracas no puede hacer todavía lo que le dé su real gana, debido a la existencia de un sector de la sociedad que se lo impide.
Este intelectual del chavismo se queja igualmente de que el 95% de los medios de difusión venezolanos estén en manos de la oposición. A pesar de la promulgación por parte de Chávez de la Ley de Telecomunicaciones y la Ley Resorte, las cuales tratan de asegurar la responsabilidad social en la radio y la televisión (léase la fidelidad al chavismo), a Britto García no le queda más remedio que reconocer con amargura el gran peso y poder de movilización que posee la prensa opositora en su país.
No dudamos que en su próximo ensayo, Luis Britto García sugiera un modelo más perfecto de sociedad que combine los aportes de los hermanos Castro en Cuba con los de la dinastía Kim en Corea del Norte.