LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -La Libertad Extrapenal es una categoría punitiva en la cual el sancionado no vive en la cárcel, pero continúa inhabilitado de sus derechos ciudadanos, y hasta puede volver a prisión si las autoridades así lo deciden. En esa condición se encuentra Jorge Olivera Castillo, junto a otros 13 ó 14 víctimas de la diabólica ola represiva de 2003, quienes decidieron quedarse en Cuba. A ellos, el gobierno no les permite ir de visita al extranjero.
Recientemente, le pregunté a Olivera (preside el Club de Escritores de Cuba) el por qué no se han coordinado en común un recurso legal para quitarse de encima ese estatus vejatorio. Su respuesta fue:
“Muchos amigos me han alentado a contratar un abogado y presentar una querella ante los tribunales, alegando nuestros argumentos, porque es una paradoja que le permitan viajar a otros activistas de derechos humanos, periodistas independientes y blogueros que han hecho las mismas faenas que nosotros, y por las que fuimos condenados”. Tal vez para el año próximo concreten algo contra este anacrónico resabio de Fidel Castro.
Técnicamente, la sanción de Olivera debe extinguir en el 2021, y por ende sigue en la lista de los presos políticos cubanos. Cuando le pregunto si todos estos compatriotas que se encuentran bajo esa misma medida cautelar reciben el mismo trato restrictivo, me responde que “al menos todos los que han ido a indagar en las oficinas de emigración le han dicho que por el momento no tenemos permiso para salir del país; es decir, que estamos en la misma lista negra”, y puntualiza: “Si en vez de salida temporal solicitásemos salida definitiva sí creo que nos den la autorización”.
El gobierno seguramente se justificará en que todo ex convicto tiene invalidado legítimamente sus derechos naturales; sin embargo, lo venenoso de este caso es desestimar que estos 13 ó 14 cubanos fueron enviados a prisión por defender algo intrínseco en cualquier sociedad civilizada: la defensa de los derechos humanos. En específico a él lo apresan cuando dirigía Habana Press, una Agencia de Prensa pionera en el periodismo independiente.
Los 75 prisioneros de la ola represiva serían excarcelados por reales o supuestas razones de enfermedad, y también debido a las magnas presiones de la comunidad internacional. Y en el caso suyo ( indago), además de esas dos razones, ¿no crees que también se suma la “bendita” inquietud de los reclusos con los que conviviste, y de tus carceleros, escudriñando de quién carajo partió la orden de meter preso a un hombre tan noble y decente?
“Bueno”, (expresa sonriente Olivera), “allí los presos me referían no creer que solo por escribir me echaran 18 años, que lo mío tenía ser algo en grande. Lo cierto es que nos dan libertad extrapenal por una confluencia de factores políticos, y por la arrogancia (de los hermanos Castro) de no dar su brazo a torcer ante el mundo, y otorgarnos un indulto o una amnistía. Igualmente, el rigor con que nos trataron aceleró el proceso de las enfermedades en la mayoría de nosotros”.
Así, nuestra conversación giró hacia el Club de Escritores de Cuba, novedoso proyecto fundado en el 2007. Hoy tiene cerca de 40 miembros; novelistas, cuentistas, poetas de casi todas las provincias. Tienen planes de crear un concurso que incluya todos los géneros literarios.
Olivera es miembro pleno del Pen Club de Cuba en el exilio, y obtuvo una beca en la universidad de Harvard, como escritor, gracias a una propuesta del Pen Club de Inglaterra.
Por último, le pido una valoración: Los que aquí nos oponemos al régimen, y que conocemos bien a nuestras autoridades y a las leyes tras cuales se amparan, ¿pudiéramos proclamar que vivimos en Libertad Extrapenal?
Y sonriendo me confesó: “De cierto modo, sí”.