LA HABANA, Cuba, junio (173.203.82.38) – Ni la prensa plana ni la televisión cubana
comentaron las cifras publicadas por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), las cuales
desmienten las expectativas de crecimiento anunciadas por el gobierno, y corroboran que la isla
no es una burbuja dentro de la crisis económica mundial.
Cuba logró reducir su déficit comercial en 2009 con relación a años anteriores, pero disminuyó
su producción de petróleo, la compraventa de mercancías, y fue afectado el sector de la salud
para exportar médicos y obtener divisas.
La producción de petróleo se redujo en casi 300 mil toneladas en 2009 con relación a 2008,
mientras la extracción de gas natural se estancó. La producción de petróleo del año anterior fue
de 2,78 millones y la de gas de 1,15 millones de toneladas, por debajo de los 3 millones y 1,16
obtenidas en 2008.
Aunque la ONE no detalló las causas del descenso productivo, coincidió con la compra forzada
de las concesiones de las empresas canadienses Pebercan y Sherritt International, aunque la
última continúa sus operaciones en otros bloques petroleros, situados en un tramo de más de
100 kilómetros del noroeste, y procesada en la refinería de Cienfuegos, en el centro-sur de la
isla.
Las afectaciones del oro negro son menores que las ocasionadas por la importación y
exportación de mercancías, pues Cuba mantuvo la adquisición de 93 mil barriles por día,
fundamentalmente de Venezuela, quien financia el crudo a precios de socios.
La misma fuente aseguró que las exportaciones cubanas alcanzaron unos $3 mil 100 millones y
las importaciones $9 mil 621millones, para un volumen total de compraventa de $12 mil 721
millones en 2009, lo que representa una caída del comercio del 34% con relación a 2008, lo
cual implica menos materias primas para la industria nacional y más carencias de productos
imprescindibles para el mercado interno.
En 2009 Venezuela fue nuestro primer socio comercial ($3 mil 389 millones), 36%menos que lo
intercambiado en 2008. Les siguieron China con un intercambio de $1821 millones (21%
menos), España, Canadá y los Estados Unidos, donde la isla adquiere alimentos y medicinas
desde 2001, aunque esa potencia le exige el pago en efectivo y no compra mercancías
cubanas por las restricciones del embargo. La compra en USA durante 2009 ascendió a 729
millones, con una caída del 30% con respecto al año 2008.
Si bien esas cifras son escamoteadas a la población, ajena a los negocios gubernamentales
con el “enemigo histórico”, revelan, en parte, la dependencia externa y el aumento de la
pobreza en la isla, que gastó en el exterior 2 mil 860 millones para adquirir petróleo y derivados,
inferior a los 4,926 millones de 2008, y 1,614 millones en alimentos por debajo de los 2,381 del
año anterior.
En ese cuadro de caída de importaciones y de crisis de liquidez, Cuba redujo en 48,95 % su
intercambio de mercancías con Canadá; y un tercio con España (36.44) y Venezuela (35.79),
principal aliado y sostenedor del gobierno de los hermanos Castro.
Las cifras expresan el aumento de la pobreza y la escasez de productos elementales, pues el
comercio exterior se contrajo en 2009 con menos importación de bienes: de 14 mil millones 234
mil 94 dólares en 2008. a 909 mil 541 en 2009, equivalente a una caída del 37%, en
correspondencia con la política de reducir las compras y favorecer la balanza de pago, en
detrimento de la población, atenazada por la falta de estímulos a los salarios de miseria que
recibe del Estado, único patrón y empleador.
Con Brasil, Italia, México, Alemania y Holanda, las cifras oscilaron también en picada, aunque el
intercambio con México mejoró con relación a otros años, pero con una merma del 17%.
Los dígitos de la oficialista Oficina Nacional de Estadística certifican la incertidumbre de un país
sojuzgado por el centralismo y la burocratización extrema. Si el gobierno promueve una
transición económica y libera las fuerzas productivas, empezaremos a salir de las ruinas. Solo
así la eficiencia dejará de ser una consigna política.