LA HABANA, Cuba, marzo (173.203.82.38) – Si algo debemos distinguir del régimen socialista de Cuba, es que el gobierno nos prepara mentalmente antes de lanzarnos sus decretos. El monopolio informativo del Estado introduce el tema en la sociedad, echa la “bola” a rodar y, acostumbrados como estamos, comenzamos a intuir lo que se avecina. Convertidos en alquimistas, hemos aprendido a adivinar, cuando nos cuentan lo mal que la pasa el mundo exterior, las desgracias que se nos avecinan.
Al final del pasado año, la televisión emitió durante casi un mes distintos materiales informativos sobre los cambios económicos realizados en Vietnam. Programas especiales sobre el Doi Moi se transmitieron en el horario estelar para embutirnos de la bonanza del país asiático, siempre dentro del socialismo. La mayoría del pueblo no se explicaba a qué se debía que recibiéramos tanta información sobre ese país. Días después, cuando el estado de opinión alababa la prosperidad de Vietnam, el gobierno anunció algunas medidas de salvación para el socialismo cubano.
Hace unas semanas comenzó a circular un video donde Eduardo Fontes, oficial del Ministerio del Interior, habla ante una audiencia de militares sobre los peligros que representa Internet para la revolución. Combinando el tema del contratista norteamericano Alan Gross, preso en Cuba por distribuir equipos de comunicación, con ataques a la bloguera Yoani Sánchez, con el fin de resaltar la retorica oficial de vincular a la oposición con la CIA, la difusión del material aparenta deberse a una grieta en el sistema policiaco.
En realidad, la filtración de la conferencia nos esclarece de forma oportuna que la instalación del recién llegado cable de fibra óptica en Cuba, no proporcionará libre acceso a la red de redes. Contrario a la declaración del viceministro de Comunicaciones, Internet (según Fontes) sí tropieza con obstáculos políticos para llegar a las casas. El uso de los avances tecnológicos para acceder a la libre información no parece ser parte de los lineamientos partidistas para actualizar el socialismo.
Por otra parte, las recientes declaraciones de Fidel Castro nos preparan para la subida del precio de los alimentos. Se nos avecinan los acostumbrados tiempos difíciles, “debido a la crisis internacional”. Antes tuvimos el Periodo Especial “debido al derrumbe del sistema socialista”. Cuando el río suena, piedras trae.
Debemos nuestros problemas a la crisis económica del capitalismo. El modelo cubano no es funcional para el pueblo porque “el mundo y sus sistemas políticos se proponen boicotearlo” –nos dicen. De una forma u otra se dispone a la opinión pública nacional para comprender que el incremento de la hambruna y los precios en Cuba no se deben a la ineficiencia del sistema. Nuevamente, es el mundo -jamás nuestro gobierno- quien tiene la culpa de nuestros problemas.
Ya se sabe de antemano que las explosiones sociales en Cuba, cualesquiera que sean los motivos, siempre son culpa del gobierno norteamericano. Por ende, reprimir a los “mercenarios” no será una vergüenza para la revolución.