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Con malos augurios comienza la zafra azucarera

LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Cuba produce, como media nacional, entre 35 y 55 toneladas de caña por hectárea, cuando los indicadores internacionales de la FAO sobrepasan las 70 toneladas. Se han desaprovechado aquí las coyunturas que, desde 2009, ofrece el mercado del azúcar, debido a la ineptitud de los estrategas cañeros, que ocasionan enormes pérdidas de ingresos al país, perjudicando a más de 10 millones de habitantes.

El  pasado 27 de octubre, el presidente  del Grupo AZCUBA, adscrito al Consejo de Estado, declaró ante las cámaras del noticiero de la televisión, que el próximo 30 de noviembre se iniciará la Zafra azucarera, en la provincia de Mayabeque. Al mismo tiempo, José Ramón Machado Ventura, miembro del Buró Político y segundo secretario del partido comunista, visitaba las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, para ordenar que se continuara sembrando caña y aumentasen los deficientes rendimientos cañeros.

La visita del dirigente comunista parece indicar que el régimen no confía en la cohesión de la dirección del grupo azucarero rector de esa producción, del que ha estado esperando ansiosamente mejores resultados, sin que se concreten.

Esto me hizo recordar varias oratorias de Fidel Castro. Por ejemplo, la del juicio por su participación en el ataque al cuartel Moncada, donde dijo:

“En Oriente, que es la provincia más ancha, las tierras de la United Fruit Company y la West lndies unen la costa norte con la costa sur. Hay doscientas mil familias campesinas que no tienen una vara de tierra donde sembrar unas viandas para sus hambrientos hijos y, en cambio, permanecen sin cultivar, en manos de poderosos intereses, cerca de trescientas mil caballerías de tierras productivas. Si Cuba es un país eminentemente agrícola, si su población es en gran parte campesina, si la ciudad depende del campo, si el campo hizo la independencia, si la grandeza y prosperidad de nuestra nación dependen de un campesinado saludable y vigoroso que ame y sepa cultivar la tierra, de un Estado que lo proteja y lo oriente”.

En 1959, a propósito de la aplicación de la Ley de Reforma Agraria, Castro aseveró que, “tan pronto transcurriera la zafra, esas serían las últimas cañas que cortarían los latifundistas”.

En agosto de 1960, ante 600 coordinadores de cooperativas cañeras, expresaría: “El estilo, por lo general de esas grandes compañías consistía en producir la caña extensivamente. Es decir, a ellas no les preocupaba la intensificación de los cultivos, no les preocupaba producir otra cosa que caña, y producirla al más bajo costo posible… Creían que la producción y las plantaciones, en manos de los trabajadores agrícolas irían a la ruina”.

Con 54 años de dictadura fidelista, y teniendo en cuenta que, debido a la política agraria desarrollada en el sector azucarero, cientos de miles de familias campesinas y obreras se quedaron sin trabajo por la demolición de sus fábricas, mientras que de los 152 centrales azucareros del siglo pasado que existían en 1958, sólo sobreviven 49 para esta zafra, también he recordado unas palabras de José Martí:

“….la tierra produce sin cesar……Si los que en ella viven quieren librarse de miseria, cultívenla de modo que en todas épocas produzca más que lo necesario para vivir: así se basta a lo imprescindible, se previene a lo fortuito, y cuando lo fortuito no viene, se comienza el ahorro productivo que desarrolla la verdadera riqueza…”

¿Se han interpretado debidamente en Cuba, como suele afirmarse, los pensamientos de nuestro apóstol? ¿Puede esperar Fidel Castro que la historia lo absuelva?