LA HABANA, Cuba, mayo, 173.203.82.38 -Quizás en el mundo todavía queden algunas personas, me refiero a las de buena voluntad, que crean algo de lo que dicen los voceros del régimen de Cuba. Supongo que eso sea porque no conocen la realidad de la isla.
De todas formas, en su necesidad de propaganda permanente, el gobierno no da bien las coordenadas a sus empleados, y a estos frecuentemente se les va la mano con las mentiras. Y ese parece ser el caso en el artículo referente al sistema penitenciario cubano, titulado “Respeto a la dignidad y al mejoramiento humano”, publicado en el órgano del Partido Comunista, del periódico Granma, el martes último.
En junio de 1994, aunque estaba acusado de un presunto delito político, fui internado en el Departamento Técnico de Investigaciones que es el sitio donde conducen a los sospechosos de graves delitos comunes.
En septiembre de ese propio año, en un informe sobre distintos hechos que envié a José de Ayala Lazo, en ese entonces Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, narré algunos de los pormenores de los 19 días que estuve recluido en ese lugar.
“Durante mi detención perdí casi diez libras de peso corporal; tres días seguidos estuve pidiendo atención médica y nunca me la ofrecieron. Ya perdía el equilibrio y tenía fuertes dolores en todas las extremidades. Después he tenido que mantener un plan médico por reforzamiento en el pulmón derecho
El Departamento Técnico de Investigaciones, 100 y Aldabó, merece un capítulo aparte en las actuales cárceles de Cuba. Para que Ud. tenga una idea de lo que es esa prisión le diré que durante mi cautiverio allí, un hombre trató de ahorcarse en dos ocasiones. Gritaba que era tuberculoso y que ni podía estar preso en esas condiciones de encierro total (las celdas son tapiadas) la respuesta por parte de los carceleros fue golpearlo y trasladarlo a una celda de aún peores condiciones.”
Cualquiera de los cientos de miles o quizás de millones de personas que durante el gobierno de los hermanos Castro han estado recluidas en algún centro penitenciario, se puede percatar de inmediato de que el periodista que firma el artículo, Sergio Alejandro Gómez, nunca ha estado ni de visita en una cárcel de Cuba.
En el escrito hay un detalle interesante, algo inédito hasta el momento. El autor habla de la presunta cantidad de presos que hay en la Isla y la sitúa en 57, 337. Por supuesto, en un país que no permite ningún modo de monitoreo independiente, nacional ni internacional, de sus prisiones, no hay modo de comprobar la veracidad del dato, que muy probablemente sea tan falso sobre la descripción paradisiaca de las cárceles cubanas que hace el articulista. Habría que confiar en la fuente de la información, o sea el propio gobierno, y todos conocemos su historial.
En los últimos días los medios cubanos han abordado en varias ocasiones el tema de los presos en Estados Unidos: Niños presos en Estados Unidos, Estados Unidos el país con más presos en el mundo. Ahora le ha tocado el turno a Cuba: la benevolencia y casi perfección del sistema penitenciario en la isla. Conociéndolos, pienso que eso no es gratuito. Indica que La Habana está tratando de justificar u ocultar algo sobre ese tópico.
Después de medio siglo, me resulta imposible creer que la dictadura cubana actúe con justicia y respete la dignidad de sus presos.