LA HABANA, Cuba, mayo, 173.203.82.38 -El fin de semana pasado la capital recibió un obsequio especial. La compañía Ballet de Camagüey, se presentó en el Teatro Mella, en función de viernes, sábado y domingo. Presentó para la ocasión un selecto programa que incluyó Grand Pas de Quatre, El beso de la muerte, Don Quijote, Don Juan, Efímero y Carmen entre otras piezas reconocidas del ballet clásico.
La Dirección General del espectáculo estuvo a cargo de la experimentada Regina Balaguer, responsable de una oportuna selección de conocidas obras, para un público conocedor de los entresijos de la danza.
Extraordinarios los roles de Oscar Valdez y Laura Rodríguez, en Don Quijote. La talentosa Laura, fue rigurosa en su actuación y desbordada por un ímpetu volcánico hacia su personaje, muy aplaudida por el publico. Oscar, desplegó un apasionado parternaire, muy seguro en su acompañamiento.
Muy interesante, por atrevida, la versión de Carmen que coreografía Osvaldo Beiro, con una mezcla de la música de Bisset y música folclórica cubana. La puesta muy osada, pero con el síndrome postmoderno de mezclarlo todo, que a veces no funciona. A veces una propuesta revolucionaria puede devenir aprisionada, trabada, encadenada y anudada. La fuerza y dinámica de un cuerpo de baile joven talentoso, salvan la escena aunque hay gestos vulgares y libidinosos, impropio para un público de todas las edades, que incluía niños.
Pero lo que más resiente ésta Carmen de las orillas del rio Tínima, es el eterno y siempre frustrante regreso del baile de la chancleta, esa versión cubana, vulgarizada y solariega, del tap norteamericano. ¿Por qué Osvaldo incorpora la chancleta? ¿Por qué ocurre siempre hasta ahora, con la recurrente danza que tiene poco que aportar al balletomano coherente? Sería bueno saber sus razones.
Otra pieza, muy diferente, fue El beso de la muerte, coreografiado por José Chávez con música original de Ketarov. El beso, se adapta de manera sublime a nuestra naturaleza y cultura. Sostiene una fuerza y una provocación, que robó las más profundas exclamaciones de satisfacción al público presente.