LA HABANA, Cuba, febrero (173.203.82.38) – No es posible tomar en serio el artículo ¿Qué ocurre en Cuba? firmado, en Miami, por Domingo Amuchástegui Álvarez, y recién publicado en Cubaencuentro.com.
Asegurar que ahora mismo tiene lugar una transición en la Isla, y dar fe, además, de que en el proceso de transformaciones que la sustentan, el cambio más importante “está ocurriendo en los sectores de la política, la cultura, las ideas”, es algo más bien propio del humor grueso y sin cacumen que se regurgita por estos días en los shows televisivos tanto de La Habana como de Miami.
Todavía más torpe y menos serio -aunque a fuerza de serlo comienza a ser sospechoso-, es sostener con todas sus letras que los reales disidentes cubanos no son los que son, sino los que están dentro de las estructuras del régimen.
Una vez leído el artículo completo, lo más simple sería concluir que Amuchástegui lo ha escrito por encargo, ya sabríamos de quién. Pero como no lo conozco ni tengo pruebas suficientes para tal inferencia, prefiero asumir que verdaderamente cree en las memeces que afirma. Y en ese caso, además de poco serio, su texto parece haber sido escrito por un zombi caído de lejanas galaxias.
Hay de todo como en botica en “¿Qué ocurre en Cuba?”, quiero decir, de todo lo disparatado y lo risible.
Aseveraciones peripatéticas, como la que asegura que el cambio radical que hoy se produce aquí fue: “Promovido en sus inicios por los intelectuales a través de sus propios recursos comunicativos, fue asumido a continuación por el partido, con cientos de miles de quejas, demandas, comentarios y recomendaciones”.
Datos que son mentiras disfrazadas con maña, como el que sigue: “Hasta el 70% de las tierras ociosas del país han sido distribuidas entre estos campesinos”.
Pues, no, señor Amuchástegui. Según el Centro Nacional de Control de la Tierra, dependencia del Ministerio de Agricultura, hasta el pasado 11 de enero se había entregado en usufructo 1,1 millones de hectáreas. Y más del 70% de esas tierras entregadas (que no constituyen ni remotamente el 70% de las tierras ociosas en el país) se encuentran en preparación, siembra o producción.
Por cierto, datos oficiales de esa misma institución, citados recientemente por el periódico Granma, dan cuenta de que el 40% de la superficie cultivable de Cuba sigue ociosa pese al plan de entrega de tierras en usufructo iniciado en 2008.
Por último, para no abrumar, que ya lo hace con holgura “¿Qué ocurre en Cuba?”, una puntualización más en torno a otro de sus festinados desvaríos: Tampoco es cierto (ni es serio asegurarlo) que ahora todos los cubanos pueden leer el blog de Yoani Sánchez, ya que, según dicen, el régimen al fin lo ha desbloqueado.
Sobra explicar por qué no podemos leer ese blog y otros tantos, aun cuando en verdad fuesen desbloqueados en forma permanente. Es como que a los nómadas del desierto de Kalahari los autorizaran a bucear. Pero, ¿dónde y con qué medios?
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