LA HABANA, Cuba, enero (173.203.82.38) – Rafaela es una de los miles de ancianos que se ven afectados por la eliminación de varios artículos de la libreta de racionamiento. Recibe una pensión de 242 pesos mensuales, poco mas de diez dólares, y dice que saca cuentas por aquí y por allá, pero nunca encuentra la forma de estirarla. Ella, que fue contadora, no sabe cómo hacer un presupuesto con su dinerito. Aun cuando vendían los chícharos y las papas subvencionados, se las veía negras para comer todos los días.
Al igual que otras ancianas y jubiladas, ha tenido que trabajar como criada lavando y planchando para incrementar su pensión. Hoy tiene que sacar una licencia para seguir haciéndolo, porque si no, ¿con qué paga el refrigerador, la electricidad, el gas y el agua, y se compra algo de comer y vestir?.
Dice que nunca ha podido sobrevivir con lo que venden por la libreta, pero con los cigarros y la pasta de dientes de la cuota tenía su rejuego.
-Como mis dientes son postizos, los lavaba con jabón y así podía vender la crema dental en cinco pesos, y con lo que sacaba de la venta de los cigarros de la cuota, compraba mis medicinas. Pronto tendré que pedir limosnas.
Pero hoy, que ahora le han quitado la cuota de jabón, se enfrenta a una difícil disyuntiva: ¿ Como o me baño?, se pregunta. Y como la cáscara guarda el palo, tratará de comer.