¿Zafra o sortilegio?
LA HABANA, Cuba, abril, 173.203.82.38 –Ya en el artículo que intitulé “Hablando de la zafra azucarera 2012”, publicado por Cubanet el pasado 17 de enero, traté de brindar los principales elementos que el régimen castrista daba a conocer sobre la preparación y supuesto éxito que tendría la presente contienda azucarera. Hoy pretendo dar una síntesis de los hechos que han marcado esta zafra, los que han sido abordados por el gobierno de los hermanos Castro de manera triunfalista, con el propósito de edulcorar al pueblo.
– El 18 de noviembre del 2011, el periódico Granma informaba la importancia de la producción de azúcar para la exportación, y señalaba que estaban creadas las condiciones reales de la contienda 2011-2012, a cuyo efecto se disponía del 98% de los recursos importados y el 96% de los nacionales; sólo faltaba un 2% que no afectaría la campaña.
– El 24 de noviembre los medios televisivos cubanos significaban en la “Mesa Redonda”, que todo estaba listo para iniciar en diciembre los cortes y la molida de la caña de azúcar.
El pasado 4 de febrero, José Ramón Machado Ventura, segundo en todo del régimen, de visita en la Perla del Sur, expresó ante la prensa oficialista: “Cienfuegos y Sancti Spíritus están cumpliendo con el programa de la zafra azucarera, el resto de las provincias del país, no lo están haciendo” (sic). Con estas palabras el gobernante totalitario dio inicio al cerco informativo ante las negligencias e ineficiencias de los dirigentes del sector, que determinaron que el órgano oficial del Partido, durante seis meses, dedicara al tema apenas una decena de artículos.
De esta manera la prensa totalitaria, como quien no quiere que se sepa el final de la zafra, dedicó una parte de sus espacios a otros asuntos, y en el peor de los casos, a la publicación de las “reflexiones” del ex líder retirado, dejando poco para los lectores interesados en los problemas económicos del país.
Por esa razón, tomé previsiones y recopilé algunas informaciones zafreras que le permitan al pueblo conocer dónde las cosas andan bien, regular o mal, de modo que pueda sacar sus propias conclusiones. Algunos ejemplos:
– En el central Paquito Rosales, del municipio de San Luis, Santiago de Cuba, se garantiza el 0,05% adicional de rendimiento por la remodelación del área del basculador con una mesa alimentadora que mejora la extracción, calidad del jugo y disminuye las roturas.
– El coloso azucarero Antonio Guiteras, de Puerto Padre, Las Tunas, mayor productor cubano, no ha cumplido con éxito las 115 jornadas de molienda que le fueron planificadas, por atrasos en el suministro de caña.
– En el central Cristino Naranjo, de Holguín, durante casi toda la campaña se evidencia falta de cohesión entre productores-cosecheros, ingenio y transportistas.
– En los centrales Héctor Molina, Piti Fajardo y Boris Luis Santa Coloma, pertenecientes a la provincia de Mayabeque, se reiteran afectaciones por excesos de más del 20% de materias extrañas, deficiencias en las reparaciones, atrasos sustanciales en las jornadas de molida, descenso de la productividad de los hombre y equipos mecanizados con más del 20% del tiempo total perdido por roturas, cortes de cepas viejas hasta de 20 meses en fase de deterioro, así como problemas de cuadros en puestos claves de dirección.
Aun cuando los tecnócratas del nuevo grupo azucareros, en su Sala Central o Puesto de Mando, no divulgan cifras claras ni informan mucho sobre la marcha final de la actual zafra, la prensa del régimen, en su último parte, refirió el cumplimiento del plan de azúcar al 85%, la caña molida planificada apenas rebasa el 78%, el azúcar producido es sólo el 73% del planificado porque la molida de los ingenios no sobrepasa el 68% de su capacidad, el rendimiento industrial es inferior al 0,18%, lo que implica dejar de producir más de 11 mil toneladas de azúcar.
Todos estos resultados negativos se derivan de la arrancada tardía de algunos centrales, incumplimientos de la norma potencial (dejando de moler cerca de un millón de toneladas de caña, que representan cerca de 106 mil toneladas de azúcar), altos índice de roturas presentados en las combinadas cañeras, deterioro de la actividad ferroviaria, inestabilidad en las molidas por problemas técnicos en las calderas, etcétera.
En resumen, no se conoce cuánto se ha producido y exportado, ni qué ingresos se han obtenido. Todo queda bajo el enigma de una zafra socialista cubana de sortilegio, arrastrada por la ineficiencia del sistema, su falta de transparencia informativa, responsabilidad y sentido de pertenencia.