LA HABANA, Cuba, enero (173.203.82.38) – Comenzó el año 2011 y Cuba continúa en las mismas. Un gobierno de más de medio siglo, liderado por los mismos ancianos, que se dan otra oportunidad para rectificar sus errores antes de abandonar este mundo. Así lo expresó Raúl Castro en su más reciente discurso.
La historia se repite. El III Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en febrero de 1986, inició la etapa de “rectificación de errores y tendencias negativas”. Entonces los comunistas estaban enfocados en eliminar la predisposición a imitar el modelo soviético, principalmente la aplicación de las reformas políticas y económicas que Gorbachov había establecido, conocidas como Perestroika.
Veinticinco años después comienza un nuevo proceso de rectificación del socialismo cubano. El rediseño se hará en el VI Congreso, previsto para los días 16, 17, 18 y 19 de abril, cuando se cumplan 50 años de “la proclamación del carácter socialista de la revolución y la victoria de Playa Girón”.
Lo interesante del caso es que los comunistas no tienen nada definido, a pesar de afirmar que no volverán a copiar a nadie. Seguro está que no permitirán el libre mercado, a diferencia de lo que hicieron los chinos. De hecho, el nuevo intento nace plagado de contradicciones. Reconocen que fue un error absolutizar el principio de la propiedad estatal sobre todos los medios de producción, pero anuncian que no permitirán el auge de la empresa privada.
Los veteranos líderes están convencidos de que el mayor error cometido en el pasado, fue creer que alguien sabía qué es y cómo se construye el socialismo. El principal problema de la vieja guardia está en la búsqueda de fórmulas para rediseñar el socialismo “a la cubana”, antes que desaparezca por inanición.
En este 2011, lo triste no es que la historia de las rectificaciones periódicas se repita, ni que reconozcan su equivocaron después de tanto tiempo en el poder, ni que se sientan los únicos capaces de enmendar sus faltas. Lo inconcebible es que lo hagan siguiendo las mismas políticas que los llevaron al fracaso.
Ni siquiera aciertan a la hora de fundamentar el nuevo intento. Alegan que a pesar de que los teóricos del marxismo demostraron científicamente la validez del sistema, la edificación de la nueva sociedad, en el orden económico, es un viaje a hacia lo desconocido. Sin embargo, establecen los lineamientos de la política para el próximo quinquenio, y señalan el rumbo hacia el futuro socialista. Ni ellos mismo saben hacia dónde vamos.