Miles de partidarios de la oposición venezolana se congregaron ayer en plazas céntricas de ciudades de todo el país para protestar contra las políticas económicas del presidente Nicolás Maduro y la detención, sin orden judicial, de un ayudante cercano del líder de la coalición opositora, el gobernador de Miranda, Henrique Capriles.
Ninguna radio o televisión venezolana retransmitió las protestas, que solo tuvo eco en páginas de Internet de medios impresos y en televisiones internacionales como la colombiana NTN, que sí reprodujo el mensaje de Capriles en la plaza Venezuela, punto neurálgico de la capital, Caracas. En la noche (local) del viernes, Maduro había señalado que dirigentes de la propia oposición planeaban «disfrazar» de partidarios del oficialismo a motoristas, para que agredieran a los manifestantes. Anunció también que realizaría detenciones a dirigentes opositores por este plan.
Detención
La primera de ellas se concretó en la madrugada de ayer, cuando funcionarios de la Dirección de Contra Inteligencia Militar (DCIM) se llevaron detenido, sin orden judicial, a Alejandro Silva, coordinador de las giras de Capriles, quien anoche permanecía en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin, policía política) a menos de un kilómetro de donde se realizaba la principal concentración opositora, en Caracas.
«No se siga metiendo por los lados (?) si el problema soy yo no te tengo miedo, Nicolás Maduro (?) échale bolas y ponme preso», gritó Capriles a Maduro frente a sus partidarios. Esta semana, el presidente afirmó que «muy pronto» Capriles y otro de los principales líderes de la oposición, Leopoldo López, «estarán presos». Ambos superan en todos los sondeos al presidente en credibilidad.
El gobernador de Miranda enfatizó que la oposición debe ganar las elecciones municipales del 8 de diciembre, «o si no, el país tocará fondo». «Nuestra lucha no es contra el pueblo que se viste de rojo [color del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela] sino contra un grupito que está en Miraflores y saquea a Venezuela».
La convocatoria opositora, al menos en la capital, fue menos importante que la estimada por los organizadores. Mientras, el Gobierno siguió inspeccionando comercios y obligándolos a reducir sus precios hasta el 70 % en dos de los principales centros comerciales de la capital. En los negocios en todo el país, las rebajas obligatorias comienzan a dejar las estanterías vacías y se teme que en diciembre haya un agudo desabastecimiento.
- La Voz de Galicia