MIAMI, Florida, 5 de noviembre de 2012 (Redacción 173.203.82.38).-El pasado viernes, el diario oficialista Granma emitió una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano en la que regañaba a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA) por ofrecer cursos de internet y acceso a la red a ciudadanos de a pie.
Por supuesto, y en su estilo, acusó a esta sede diplomática de captar mercenarios:
“La Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana sigue fungiendo como cuartel general de la política de subversión del gobierno norteamericano contra Cuba”, manifestó la cancillería cubana y advirtió que “utilizará todos los mecanismos legales a su alcance para defender la soberanía conquistada”, sin emitir más detalles.
Por su parte, la administración norteamericana tuvo su respuesta rápida a través de la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, quien reconoció ante periodistas en Washington ser absolutamente culpables de esos cargos.
Nuland dijo que “la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana ofrece con frecuencia cursos gratuitos en el uso de Internet a los cubanos que quieran inscribirse. También tenemos computadoras disponibles para que las usen los cubanos (…). Obviamente, esto no sería necesario si el gobierno cubano no restringiera el acceso a internet y evitara que sus propios ciudadanos recibieran capacitación tecnológica”.
Internet, una herramienta de alcance doméstico que ha revolucionado la búsqueda de información en el mundo moderno, se ha convertido en el Talón de Aquiles del régimen militar apostado en la isla hace más de medio siglo. Incluso, más allá de internet, las nuevas tecnologías hoy permiten la realización del llamado Periodismo Ciudadano, dándole otro enfoque a la tradicional noticia unipartidista de la dictadura.
Esto se pudo apreciar ahora con el paso del huracán Sandy por el oriente cubano, cuyos destrozos, tanto humanos como inmobiliarios, fueron informados rápidamente a través de teléfonos celulares desde el lugar del suceso, de manera independiente.
Ya no es posible “tapar el sol con un dedo”. El régimen castrista informó hace algún tiempo que estaba trabajando en la conexión de un cable de fibra óptica entre La Habana y Venezuela, supuestamente para suministrar internet, pero esto no fue más que una cortina de humo.