LA HABANA, Cuba.- Desde hace más de tres meses mi esposa y yo habíamos reservado pasaje en avión hacia La Habana para el pasado 17 de abril, pero estábamos preocupados debido a las irregularidades observadas en los últimos días con este vuelo, así que el sábado 15 fui a las Oficinas de Cubana de Aviación y solicité información.
La respuesta de la trabajadora que me atendió fue que debíamos estar en las Oficinas de Cubana de Aviación a las 6:30 a.m., que allí seríamos informados.
El lunes 17 entonces, a esa hora, fuimos informados de que el vuelo no iba a salir por el aeropuerto de Guantánamo sino por el de Santiago de Cuba, hacia donde nos trasladarían unos ómnibus de Transtur a las 10:30 a.m. y que el avión saldría hacia La Habana a las 3 p.m.
A pesar de las buenas intenciones
En comparación con otros viajes que he hecho con Cubana de Aviación, al menos en éste estuvo presente la intención de tratar de mitigar las molestias que estas situaciones provocan en los pasajeros, pues los trabajadores atendieron amablemente las reiteradas preguntas y hasta entregaron una merienda. Cualquiera diría que es lo correcto, pero desgraciadamente no siempre ocurre así.
Muchos preguntaban por qué no les habían advertido el día anterior que el vuelo no iba a salir desde Guantánamo si Cubana de Aviación tenía nuestros números telefónicos.
Este reportero interrogó a uno de los trabajadores. Uno de ellos, luego de solicitarnos que no reveláramos su identidad nos dijo: “Esa información no podemos ofrecerla el día antes por la sencilla razón de que conocemos la decisión adoptada en La Habana el mismo día del vuelo. Si ahora mismo me preguntas qué es lo que pasa con los aviones no puedo decirte porque no lo sé, como tampoco sé si mañana habrá vuelo o si los pasajeros se irán por Holguín o Santiago”.
Los ómnibus comenzaron a llegar a las 11:30 a.m., pero debido a que no lo hicieron al mismo tiempo, todos los pasajeros querían abordar el primero luego de colocar ellos mismos sus equipajes en el portamaletas del vehículo pues no hay quien realice esa acción. Esto suscitó algunas discusiones e indisciplinas, hasta que llegaron los otros dos vehículos.
Salimos hacia Santiago de Cuba a las 11:55 a.m. y llegamos al aeropuerto internacional Antonio Maceo sobre la 1:30 p.m. Una hora y media después, luego de chequear los boletines y hallándome en el salón de espera, una pasajera me avisó que nos llevarían a almorzar, pero por el sistema de audio no se informó nada.
Fuimos hacia la Cervecería Puerto del Rey, ubicada en el Paseo de la Alameda de Santiago de Cuba. Allí, luego de una espera de casi dos horas, atormentados por el ruido ensordecedor de los extractores de aire y con un calor extraordinario, almorzamos. A las 5:08 p.m. regresamos al aeropuerto y a las 7:40 pm abordamos el avión que nos llevó a La Habana, a donde llegamos a las 8:48 p.m. A las 9:25 pm comenzaron a funcionar las esteras de los equipajes. En total, casi 15 horas de un viaje sumamente molesto.
¿Qué pasa con los aviones AN 158?
No ha sido la primera vez que CubaNet pública alguna información relacionada con los atrasos o cancelaciones de los vuelos de estos aviones adquiridos hace alrededor de tres años por Cuba. Desde entonces han circulado varios rumores que han tratado de justificar los atrasos o cancelaciones de vuelos.
Uno de ellos asegura que las naves son muy sofisticadas y que ante cualquier detalle el sistema computadorizado de la nave impide el despegue. Otro afirma que las naves están en garantía y cada cierto tiempo deben recibir mantenimiento. Un tercero señala que los aviones son desviados para cubrir itinerarios en América Central y el Caribe con el consiguiente incumplimiento de los vuelos nacionales, y el más reciente que he escuchado asegura que todos los AN 158 fueron devueltos.
Lo cierto es que desde el pasado 4 de abril no ha habido vuelos desde La Habana hacia Guantánamo y viceversa. Un cartel colocado en la puerta de las oficinas de Cubana de Aviación en Guantánamo expresa claramente que no se venderán pasajes hasta nuevo aviso.
Era de esperar que ante una situación como ésta la prensa “objetiva y revolucionaria” ya hubiera indagado sobre las causas de este fenómeno que provoca tanto malestar e incertidumbre e informara al pueblo pero hasta la fecha no ha dicho absolutamente nada.
Agotados por una espera de más de doce horas, cuando el altoparlante anunció la salida del vuelo 1985 Santiago-Habana, nos esperaba en la pista un flamante Boeing 737-300 de la compañía Blue Panorama; en definitiva, la nave del odiado pero eficaz capitalismo en la que volamos.