LA HABANA, Cuba.- La Historia de Cuba ha sufrido muchas modificaciones interpretativas a partir de 1959, siempre favorables a los argumentos del régimen. Un caso significativo es el libro Historia de Cuba. El desafío del yugo y la estrella. Biografía de un pueblo, escrito por el ya fallecido José Cantón Navarro, Doctor en Ciencias Históricas y profesor de la Escuela de Cuadros del Partido Comunista “Ñico López”.
El libro de Cantón Navarro, publicado en el año 2011 y reimpreso en 2015 por la Editorial José Martí se hace un resumen de nuestros anales. Su forma abreviada es algo poco habitual en nuestra bibliografía.
El valor del libro puede ser cuestionado por su extremado nivel de politización y la manera maniquea de analizar los hechos históricos.
Realizaré una selección de fragmentos de dicho libro para demostrar la forma tendenciosa de este catedrático de dilucidar los hechos y tergiversarlos.
En el muy breve capítulo I, titulado “Nociones Geográfico-Político- Administrativas”, señala: “Aproximadamente el 66% de los cubanos son blancos, el 12% negros, el 21,9% mestizos y el 0,1% de rasgos asiáticos”.
La información proviene del Comité Estatal de Estadística, Anuario de Cuba 1975-1999, según se anota en la bibliografía.
Estas cifras a todas luces son cuestionables. Solamente con pasear por cualquier lugar del país y mirar el color de sus habitantes, se comprenderá que el número de negros y mestizos es muy superior al de blancos, a diferencia de los datos.
¿Qué se pretende con este subterfugio? ¿Justificar que la inmensa mayoría de los altos dirigentes del gobierno son blancos? Aunque se afirme que en Cuba no hay racismo, todos sabemos que persiste de modo sutil la discriminación racial.
En otro fragmento, sobre la conquista y colonización por los españoles, se acotan unas palabras del fraile Bartolomé de las Casas: “Estaban abundantísimos de comida y de todas las cosas necesarias a la vida; tenían labranzas, muchas y muy ordenadas de lo cual —todo tener de sobra y habernos con ello matado el hambre— somos oculares testigos”.
La imagen desprendida de este segmento testimonia que los aborígenes cubanos a principios del siglo XVI eran capaces de autoabastecerse. Hoy, los de abajo pasamos las de Caín para alimentarnos y sobrevivir.
En “La primera ocupación yanqui” nos informa sobre algunas medidas del gobierno interventor. Al referirse a la educación, expone: “Esa política educacional tenía, además, el propósito de politizar a los maestros y a las jóvenes generaciones de cubanos a favor del modo de vida y los intereses de los Estados Unidos”.
Valdría preguntarse: ¿qué hacen los maestros de hoy? El nivel de politización que existe en la educación cubana actual es brutal. No existe texto alguno que no tenga amplias referencias al sistema socialista, con los supuestos logros gubernamentales, atribuidos en especial a Fidel Castro.
Esto puedo afirmarlo, pues fui maestro por más de 15 años y tenía la obligación de enseñar la ideología marxista.
El periodo republicano lo sintetiza Cantón con los habituales términos empleados por el régimen, haciendo hincapié en los aspectos negativos y sin reconocer lo positivo que existió.
De las 290 páginas con que cuenta el libro, el 52% está dedicado a la historia de la revolución, a partir de 1953 y hasta principios del 2000. O sea, resume 500 años de historia de Cuba en menos de la mitad del libro y el resto, que es la parte mayor, lo dedica a exaltar 48 años del proceso revolucionario.
Para entender mejor el enfoque que da el profesor Cantón Navarro sobre hechos ocurridos bajo el régimen revolucionario, valga la descripción que hace del hundimiento del remolcador 13 de Marzo. He aquí sus palabras textuales: “El 15 de julio del mismo año (1994), el remolcador 13 de Marzo, anclado en el puerto de La Habana y sin condiciones para navegar, es robado por individuos que querían salir del país y a los que EE.UU. no autorizaba entrar legalmente en su territorio. Advertidos de las malas condiciones del barco, no se detuvieron, y varias embarcaciones trataron de interceptarlo. El remolcador secuestrado chocó con otro y se hundió rápidamente. Por muchos esfuerzos que hicieron las demás tripulaciones y las lanchas patrulleras, solo pudieron rescatar con vida a 31 personas, otras 32 murieron ahogadas”.
No creo necesario explicar este incidente, cuando hay más que suficientes testimonios de participantes sobre la forma en que ocurrió. El modo de presentar la información demuestra lo mentiroso y panfletario de esta Historia de Cuba.
Este libro se imprimió en varios idiomas para venderlo a los extranjeros y canalizar así la propaganda ideológica del Gobierno.
Si se compara la versión de la historia de Cuba de Cantón Navarro con las de Ramiro Guerra, Fernando Portuondo, Leví Marrero o más recientemente, la de Jaime Suchlicki, escrita en el exilio, verán las grandes diferencias.
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