LA HABANA, Cuba.- La tienda El Caracol, situada en calle Primera y 298, Santa Fe, sufrió hace unos días un incendio de medianas proporciones que provocó su clausura. Una semana después de ocurrido el siniestro, esta dependencia estatal aún no abre sus puertas al público.
El edificio en otros tiempos fue el Círculo Social del pueblo, llamado “Vista alegre”. Poseía un salón de baile, un restaurante y locales para reuniones, pero en los años noventa, con la llegada del periodo especial, la necesidad de obtener divisas para paliar la crisis obligó al gobierno a convertirla, como a otros cientos de locales y espacios benéficos, en un establecimiento para vender en moneda dura alimentos, artículos de ferretería, peletería, vestuario y útiles del hogar.
El Caracol se convirtió, de esta manera, en la tienda más importante de Santa Fe. En sus predios también se instaló la oficina de la Western Union, dedicada a la recepción de remesas enviadas desde el exterior, una prestación también afectada en estos momentos por la suspensión de servicios.
CubaNet visitó la entidad para indagar las causas que provocaron el incendio y comprobó que, a pesar de no estar abierta la tienda, todos los trabajadores estaban en sus puestos de trabajo. El ambiente que se respiraba era tenso y ninguno de los entrevistados quiso dar detalles de lo ocurrido. Los pocos que accedieron a responder, intentaron minimizar el suceso.
“Fueron una colchitas de trapear que se quemaron, producto a un corto circuito en una instalación eléctrica”, indicó un dependiente residente en el Mariel, que no quiso revelar su nombre.
Otro entrevistado del área de mantenimiento, que también se negó a identificarse, dijo: “La tienda no ha abierto aún porque estamos esperando a los bomberos con su dictamen”. El resto de los empleados puso mala cara cuando se les preguntó y dieron la espalda.
Vecinos de la tienda y dueños de pequeños negocios de los alrededores, mostraron igual temor a responder las preguntas relacionadas con el incendio y se rehusaron a declarar, pero tras una pesquisa con otros habitantes de Santa Fe, se pudo conocer que el incendio ocurrió dos días antes que una auditoría revisara los inventarios y resúmenes de ventas efectuadas en el año.
Renato, primo de una dependiente de la tienda incendiada manifestó: “El gerente está preso. Es un militar retirado, militante del partido comunista. También hay otras personas implicadas en la investigación, que ya fueron sustituidas de sus puestos de trabajo”.
Lalo, de 50 años y tapizador de muebles, residente en el entronque de Cangrejeras, pregunta con suspicacia: “¿Qué casualidad que el fuego acontece días antes de una inspección? ¿Y qué oportuno que se quemaran los papeles?”
Una anciana que es cliente asidua a El Caracol y se siente afectada por la suspensión de la Western Unión, manifestó en tono molesto: ¿Si solo fueron unas frazadas de piso lo que se quemó, como dicen, porque una semana cerrada? ¿Y por qué ese silencio y temor para hablar del tema? Ahora tengo que ir a la Western de Flores, o del Náutico, para cobrar el dinerito que manda mi hijo de Tampa.
En el tiempo que duró la visita al establecimiento para entrevistar a los trabajadores, varias decenas de personas acudieron a comprar artículos de consumo. Las respuestas de los empleados por el motivo del cierre fueron distintas. Algunas indicaban reparaciones realizadas por los electricistas para reconstruir las instalaciones dañadas, otras que el cierre se debía a la espera del informe final de los bomberos y una tercera que debían esperar por la reposición de los artículos perdidos. Lo cierto es que a una semana del incendio El Caracol continúa cerrado. Los necesitados deben moverse a otros municipios y establecimientos distantes, para acceder a las mercancías que solo se encuentran en estas tiendas recaudadoras de divisas.