GUANTÁNAMO, Cuba. -El 4 de abril de 1850, hace alrededor de 165 años, nació en Brooklyn, Nueva York, EUA, Henry M. Reeve, uno de los mambises más valientes entre los que pelearon contra la corona española en la primera guerra de independencia.
Antes de venir a Cuba para alistarse en el ejército mambí participó en la Guerra de Secesión norteamericana. Enterado de que partía hacia Cuba una expedición armada al mando del general Thomas Jordan, se embarcó en el vapor Perrit, el cual desembarcó el 11 de mayo de 1869 por la zona de la bahía de Nipe. Ese mismo día tuvo su primer combate y cinco días después resultó herido en la misma zona del desembarco.
Dieciséis días después del desembarco los expedicionarios tuvieron un encuentro con tropas españolas en el lugar conocido como Las Calabazas, donde cayó prisionero y sometido a la pena de muerte por fusilamiento, de la cual escapó milagrosamente porque los disparos que recibió no resultaron mortales. Durante dos días deambuló por el monte en unión de otros patriotas hasta que llegó al campamento del general de Brigada Luis Figueredo.
Descontento con la forma en que se desarrollaba la lucha en esa zona pidió su traslado para Camagüey para reincorporarse a las tropas de Thomas Jordan. Este pedimento disgustó al general Figueredo quien en el documento autorizando el traslado consignó que Henry Reeve “era inepto e inservible para el servicio de las armas”, algo que muy pronto el valor del intrépido joven norteamericano se encargaría de desmentir.
Combates, heridas y ascensos
Cuando Reeve se reincorpora a las tropas de Thomas Jordan éste había sido nombrado Jefe del Estado Mayor General del Ejército Libertador, pero el general norteamericano renunció al cargo en 1870 y Reeve ingresó en el primer Escuadrón de Caballería de la Brigada Norte de Camagüey al mando del General de Brigada Cristóbal Acosta.
El 16 de abril de 1870 Reeve fue nombrado Jefe de la Sección de Exploradores y ese año participó en tres combates, siendo herido en el último de ellos celebrado en La Jagua.
En marzo de 1871 pasó a ser subordinado directo del Mayor General Ignacio Agramonte quien lo llamaba “Enrique el Americano”. Al mando del camagüeyano participó en varios combates y en el mamoso rescate del General de Brigada Julio Sanguily. En el combate de El Carmen, realizado el 29 de noviembre de 1872 volvió a ser herido en el abdomen y tuvo que permanecer dos meses inactivo, una herida que le dejó secuelas por el resto de su vida.
Acompañaba a Ignacio Agramonte cuando éste perdió la vida en Jimaguayú el 11 de mayo de 1873. En julio de ese año fue subordinado del Mayor General Máximo Gómez, designado nuevo jefe de Camagüey, quien lo nombró Jefe de la Caballería de la Primera División. Al frente de ella participó en los combates de Las Yeguas, La Luz y Atadero.
El 28 de septiembre de 1873, durante el combate de Santa Cruz del Sur se enfrentó a los soldados que manipulaban un cañón, y fue herido gravemente en una pierna, razón por la que permaneció convaleciente casi seis meces. Una pierna quedó más corta que la otra y tuvieron que hacerle un aditamento que le permitiera montar y permanecer fijo en la silla.
En junio de 1874 recibió el mando de la Primera División y un mes después volvió a resultar herido en una mano y el pecho durante el combate de San Antonio de Camujiro, cerca de Puerto Príncipe.
Poco tiempo después quedó al mando de las tropas camagüeyanas hasta que volvió a incorporarse a las tropas de Máximo Gómez en Sancti Spíritus, quien lo nombró Jefe de la 2da División, la cual abarcaba la jurisdicción de Cienfuegos y el occidente del país.
El 4 de abril de 1876, en desigual combate ocurrido en la zona de Yaguaramas, cerca de Aguada de Pasajeros, jurisdicción de Cienfuegos, resultó herido en el pecho y la ingle. Al ser derribado del caballo recibió otro disparo en el hombro. No obstante continuó combatiendo hasta que sin fuerzas y municiones se suicidó.
Al morir tenía 26 años y ostentaba el grado de General de Brigada del Ejército Libertador. Su extraordinaria valentía está demostrada por el hecho de que entre junio de 1869 y diciembre de 1873 ascendió desde el grado de sargento de segunda hasta el de General de Brigada.
Se estima que participó en alrededor de cuatrocientas acciones combativas en las que fue herido diez veces. Se equivocó el General Luis Figueredo, Henry Reeve demostró que si sabía combatir y lo hizo con una generosidad a toda prueba en bien de la libertad de los cubanos quienes lo recordarán siempre como “El Inglesito”.