SANTIAGO DE CUBA.- Yandel se considera un “adicto obsesionado” de los productos lácteos, sea queso, mantequilla o yogurt, y a pesar de que estos solo se pueden encontrar con facilidad en la red de Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) del país a precios elevados, el joven santiaguero se las ingenia para comprarlos.
En esta ocasión se dirigió hasta la tienda Panamericana El Dragón, una de las TRD más conocidas en la urbe, donde compró una margarina tamaño M, que se expende por valor de 6.50 CUC el kilogramo, y otros productos que necesitaba.
Pero Yandel no pudo imaginar que horas más tarde, ya en su casa, se encontraría una repugnante sorpresa al quitar el envoltorio verde de la margarina que había adquirido.
“Cuando la abrí tenía una parte negra y ya se empezaba a ver la descomposición, algo desagradable, siendo este uno de los productos más caros en las tiendas”, alegó.
“Siempre que uno compra algo en la tienda piensa que es lo mejor y se va para la casa pensando que hizo una buena compra. Sin embargo, todo es un engaño, venden cualquier cosa sin comprobarla antes y sin tener la responsabilidad de ofrecer productos de calidad. Quién sabe la cantidad de personas que, como yo, compraron margarina en esas condiciones”, lamentó el santiaguero.
La margarina en cuestión, de la marca Kim y proveniente de Italia, se presume a la venta en casi todas las TRD de la provincia, siendo uno de los pocos productos que no escasean en la urbe, tal vez debido a su precio, que representa alrededor del 22% del salario promedio de un trabajador cubano y al que solo clientes que reciban remesas del exterior o tengan un trabajo por cuenta propia lo suficientemente lucrativo, pueden acceder.
Yandel, tras su desagradable experiencia, se presentó en la tienda El Dragón al día siguiente para que le devolvieran el dinero, pero, según cuenta a CubaNet, la dependienta se mostró ajena a la situación, y solo indicó que él tenía que ver a la Jefa de Piso, para que explicara lo sucedido.
“Tuve que esperar al menos veinte minutos. Cuando por fin vino la jefa, me comió a preguntas, incluso me cuestionó si realmente había comprado la margarina en esa tienda, sin darme tiempo a enseñarle el comprobante que menos mal no boté”, refiere.
Describe que, en cuanto pudo mostrar su comprobante, la funcionaria le indicó que debía esperar. “Me dejó como unos 10 minutos más esperando, al parecer fue a llamar por teléfono. Cuando vino, me dijo que el producto no tenía devolución puesto que esa margarina en la red de tiendas no poseía merma comercial y que solo podían cambiármela”.
El cliente, a pesar de su indignación, tuvo que firmar algunos papeles para efectuar el cambio, aunque no especificó qué tipo de documento tuvo que firmar. “Firmé algunos papeles y después me llevó con la dependienta para que me cambiara el producto. Pero esta vez le exigí que revisara la margarina no fuera que estuviera igual. Afortunadamente estaba bien, aunque le dije que revisara las demás y me respondió que no podían porque no tenía merma y no podían estar abiertas”, agregó el joven.
CubaNet, tras este incidente, conectó con una enfermera del Policlínico 28 de Septiembre, quien explicó que, si bien estos productos con moho no representan un grave problema para la salud, sí es necesario tener cuidado puesto que en niños, ancianos y personas inmunodeprimidas puede acarrear complicaciones.
“Puede resultar peligroso consumir productos con hongos, ya que existen personas alérgicas, se pueden respirar las esporas y provocar problemas respiratorios. Además, en ciertos casos, estos hongos desarrollan toxinas que en ancianos y niños pueden generar una intoxicación”, reveló la enfermera, quien se mantuvo bajo la condición de anonimato.
Más adelante, reseñó que, en productos denominados duros, como las viandas y ciertos tipos de vegetales, no representa riesgo remover la parte infestada, pero en productos blandos, entiéndase carnes, mantequilla, panes o salsas, lo mejor es botarlos ya que las raíces de estos hongos suelen penetrar más profundo. También mencionó que en personas con VIH o inmunodeprimidas, las complicaciones pueden ser mayores, incluso “cuando aun el producto no tiene la mancha negra característica, ya que el hongo se puede estar desarrollando y no verse, por lo que hay que tener cuidado”.
Por otro lado, la venta de productos con moho en las TRD se ha convertido en algo cotidiano, ya que muchas tiendas, ante la escasez existente en el país, están sacando hasta las últimas reservas. Muchas veces estos productos, si bien no se han vencido, llevan mucho tiempo en los almacenes y frigoríficos, además de que los cambios en las temperaturas, por lo general en la transportación, causa una descomposición de los mismos, según refiere un trabajador contactado por este diario en el Centro Comercial La Plaza, donde el inconveniente de productos con hongos viene siendo muy común.
Ejemplo de ello son las albóndigas con hongos, y más recientemente los paquetes de croquetas importadas. Estos productos fueron usados para rellenar los anaqueles y neveras vacías. Pero tras los reclamos de los clientes tuvieron que ser retiradas de la venta, presuntamente generando cuantiosas pérdidas, y al mismo tiempo quedando nuevamente los mostradores ociosos.