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LA HABANA, Cuba.- Ramón Adnier Benítez Machado es uno de esos tantos cubanos que salió de la isla en busca de la libertad. Tiene 23 años de edad y un historial de países Latinoamericanos recorridos, comenzando por Guyana.
Sin embargo, su viaje hacia el “sueño americano” se ha convertido en pesadilla. Actualmente Benítez Machado está recluido, junto a otros diez cubanos, en un centro de migración en Panamá.
Ha cruzado incontables fronteras de manera ilegal en busca de su destino. Se ha enfrentado a situaciones donde incluso ha peligrado su vida, sin embargo lo que más teme en estos momentos es la idea de ser deportado hacia la isla.
En conversación telefónica, afirma que las autoridades panameñas le han notificado sobre esta última posibilidad. “Temo mucho que me vayan a enviar a Cuba. ¡Podrían encarcelarme!”, afirma.
Refiere que además está padeciendo de asma y fiebres altas producto de la pésima higiene donde lo mantienen recluido hace más de una semana. A pesar de esto, agrega, aún no ha recibido la atención adecuada.
“No me han dado ningún tipo de asistencia médica y yo soy asmático crónico”, afirmó a este diario.
Relata además que no tiene ropa que ponerse, exceptuando la misma que trae desde que lo arrestaron en la frontera de Panamá con Costa Rica.
“Los cubanos que están aquí conmigo, que por cierto fueron arrestados hace ya varias semanas, me han prestado algunas cosas; pero ellos están igual que yo, sin nada”, explicó, y advirtió que dentro del grupo de detenidos incluso hay mujeres, recluidas en otra prisión.
Benítez Machado es optometrista y alega que salió huyendo de Cuba desde enero pasado debido al constante acoso que sufrió en manos de las autoridades desde el 2015 hasta el momento en que abandonó el país.
Toda su odisea se remonta a cuando era dueño de un negocio de elaborar helados, el cual mantuvo “legalmente” por un término de tres años hasta que, “sin ton ni son”, le decomisaron la pequeña fábrica e incluso, lo encarcelaron por un corto tiempo.
‘’Estuvo arrestado primero siete días en la Unidad Territorial de Investigaciones de Acosta y 10 de octubre y luego por 28 días en el centro de retención de la policía (conocido como) Vivac”, apuntó su novia, que prefirió el anonimato por miedo a represalias en Cuba, donde reside.
En esa ocasión, destaca la novia que le fueron decomisados nueve neveras y varias máquinas de elaboración de helado. El proceso penal terminó con la imposición de una multa de 7500 pesos en moneda nacional, la cual tuvo que pagar en un plazo de 72 horas. Las causas principales que generaron el incidente había sido la procedencia dudosa de la materia prima.
Además, bajo la excusa de que su residencia transitoria en la capital había expirado, Benítez Machado fue deportado hacia la provincia de Camagüey, donde las autoridades continuaron el proceso investigativo.
De vuelta en su provincia natal, decidió integrarse a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y dedicarse al cuidado de una finca heredada de su familia, pero como los papeles no estaban en regla, la finca y todos sus animales también le fueron decomisados: 22 vacas, cuatro caballos y cien cerdos convenidos con una empresa porcina estatal.
“La finca no tenía traspaso de propiedad, pero estaba bien atendida, incluso él le entregaba al estado leche, viandas, a veces pasaban hasta dos meses y no le habían facilitado el cheque de pago de lo acopiado; sin embargo, él no reclamaba para no buscarse problemas, pero de todas maneras no le sirvió de nada. Por eso se fue, estaba obstinado. Si lo regresan quién sabe lo que le pase”, reflejó su novia.
Jatdiel Fernández Rodríguez y su esposa Elisabeth Martínez García también forman parte de ese grupo de cubanos que se encuentran presos en Panamá. En su caso, se hallan arrestados desde el 21 de agosto de 2017.
“Esto es lo último aquí, demasiados abusos. Estamos sufriendo demasiado, nos separaron de nuestras mujeres, y nos están maltratando a nosotros y a ellas, a las cuales les han dado golpes. Ellos (los guardias) ya están usando la fuerza, esto es una locura aquí, la verdadera locura”, dijo Fernández Rodríguez en declaraciones telefónicas a CubaNet.
Agregó que las autoridades panameñas, hasta el momento, no les han dado ninguna explicación, ni respuesta a su petición de que los regresen hacia Colombia.
“Nosotros llevamos aquí ya 51 días, sin justificación, sin explicación. A nosotros nadie nos ha explicado nada, no nos dan una respuesta de nada: por ejemplo, del por qué estamos aquí, nosotros prácticamente no existimos y así nos lo hizo entender Ronaldo Mendoza, comisionado de Emigración de Panamá”, señaló.
La joven pareja salió desde el 12 de enero de 2017 de Cuba en aras encontrar la libertad, ya que, según Fernández Rodríguez, no estaban de acuerdo con el régimen de la isla.
“Yo salí huyendo del régimen de Cuba porque no estoy de acuerdo con el sistema”, advirtió.
En busca de su libertad, dice que salieron con destino Guyana y cinco días después de haber arribado a ese país, partieron rumbo a Venezuela en una lancha. Casi pierden la vida en la travesía.
“Estuvimos dos días en una isla encallados porque se le abrió un hueco a la embarcación y allí tuvimos que esperar hasta que la fueron a reparar, después estuvimos montados por 27 horas encima de la lancha, hasta que llegamos a Venezuela, donde entramos por Puerto Ordaz. Allí cogimos una guagua para llegar a Colombia, donde estuvimos en Cúcuta tres días esperando para completar el grupo y continuar. Así cruzamos por varios países”, cuenta.
Agrega que “hacer la historia es fácil, pero vivir eso es tremendamente difícil, porque además fuimos hasta asaltados por los coyotes, que le quitaron 2500 dólares a las otras dos parejas que iban con nosotros. A mí no me quitaron nada porque yo no tenía nada”.
Por su parte Noslem Aldana detalla que también fue arrestado el 21 de agosto del presente año en la frontera de Panamá con Costa Rica.
“Nos esposaron a todos, incluso a nuestras mujeres, las cuales fueron torturadas psicológicamente por la oficial Evelin Veldía, pero además se las llevaron a otra prisión separadas de nosotros (….) Aquí nos tienen hace 51 días en una prisión secreta donde hay prisioneros de todas partes del mundo”, confiesa Noslem.
Además, dijo que muchos de los prisioneros han perdido la calma debido a la falta de información, ya que las autoridades panameñas los encierran y después no les notifican nada sobre su situación.
“Muchos se han querido ahorcar, han querido cortarse las venas, e incluso se han querido picar la barriga’’, comentó.
Agrega Noslem que en su caso fue víctima de una golpiza donde le fue fracturado uno de los dedos de la mano.
“Nos golpearon durante una protesta que hicimos porque estamos desesperados”, insistió.
En el caso de Noslem, declara que salió de Cuba el 24 de diciembre de 2016 realizando la misma travesía. Salió de la isla rumbo Guyana y luego a Venezuela por mar, y así cruzando por varios países hasta llegar a Panamá, donde fue arrestado.
“Salí huyendo de los Castro, y resulta que el presidente panameño está confabulado con ellos. Aquí también se violan todos nuestros derechos humanos (…) Ya no aguantamos más, estamos desesperados”.