A sus catorce meses, Lihana lucha contra el cáncer

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LA HABANA, Cuba.- Lihana Victoria Sánchez, de solo 14 meses de edad, forma parte del desafortunado grupo de niños que posee retinoblastoma bilateral, un cáncer de la retina causado por una mutación del gen que controla la división celular.
Según se pudo conocer a través de un especialista del Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer (conocido como Liga contra la Ceguera), quien prefiere omitir su identidad para evitar posibles represalias, “el tumor constituye el 3 % de los cánceres padecidos por menores de quince años y cuando se presenta en ambos ojos, durante la lactancia, la enfermedad es hereditaria”.
En casos como el de Lihana, asevera el especialista que “es imperativo enuclear (extirpar) el ojo afectado para evitar que la enfermedad se extienda al cerebro y la médula ósea entre otras partes del cuerpo”; además, informa que los pequeños afectados de este tipo de cáncer son altamente propensos a desarrollar otros tipos de cánceres a lo largo de la vida.
“Principalmente el osteosarcoma, octavo tipo de cáncer infantil más frecuente”, dijo el doctor.
Tanjer Lilliam Álvarez Lobaina, madre de la niña, relata que durante los nueve meses del embarazo no existieron evidencias de la presencia de la mortal enfermedad, y más que a simple vista, el criterio de los médicos aseguró que la menor había nacido sana.
Quince días después del alumbramiento, la noticia del padecimiento de retinoblastoma bilateral tomó por sorpresa a sus padres y cambió para siempre la vida de ellos y de la niña.
Con apenas catorce meses de nacida, Lihana ha visitado en diez ocasiones el salón de operaciones para, además de enuclearle su ojo derecho, recibir termoterapia, es decir, aplicarle láser en el ojo izquierdo con la esperanza de que pueda conservarlo.
A priori, los esfuerzos de la medicina resultan incipientes en un estado de la enfermedad donde se define la supervivencia de la niña, a menos que cambien drásticamente las condiciones de vida de Lihana, las cuales distan de las que debe tener un paciente aquejado de retinoblastoma.
El elevado índice de humedad que presenta la vivienda ubicada en Calzada de San Miguel # 5218, entre D y E, reparto Carolina, San Miguel del Padrón, tributa a la proliferación de procesos alérgicos que pueden descompensar su sistema inmunológico.
Además, en su vivienda tiene casa trece personas, de diferentes edades y generaciones. Por mucho que se esfuercen, resulta imposible impedir ―por sólo citar un ejemplo― cruces respiratorios que puedan provocarle cualquier tipo de catarro común.
Sin contar las mascotas, en los patios adyacentes a la misma existen gallos, gallinas, patos y otros animales de corral que generan virus y afecciones que igualmente atentan contra su sistema inmunológico.
El incesante tránsito vehicular de la arteria principal del capitalino municipio, por otro lado, genera una elevada cantidad de polvo y toxinas dañinas hasta para una persona sin padecimientos de salud.
Un aire acondicionado, vital para mantener determinadas condiciones de vida que requiere su enfermedad, les fue asignado después de catorce meses por el Consejo de la Administración Municipal (CAM) de San Miguel del Padrón. Sin embargo, el Consejo de la Administración Provincial (CAP) de La Habana no ha ratificado la entrega, según declara Álvarez.
“Nuestra queja no es con respeto a Salud” acotó Yoel Clemente Sánchez Pérez, padre de Lihana, un sobreviviente de la enfermedad. “Nuestro problema es con el Gobierno (municipal); las mentiras que nos han dicho una y otra vez Tania, la vicepresidenta, y Natalia, la presidenta, quienes se comprometieron a resolver lo de la vivienda”, sentenció.
Según consta en el expediente médico de la niña, necesita recibir al menos un pequeño apartamento que permita establecer condiciones máximas de esterilización, con ventanas de cristal y aire acondicionado, ambos elementos difíciles de adquirir por la economía de un cubano promedio.
“Yo no quiero una casa regalada. Mi esposa y yo trabajamos, que nos la cobren; nosotros la pagaremos aunque para ello tengamos que trabajar toda la vida”, espetó el padre.