LA HABANA, Cuba. -“¡La prensa!”, es pregón y medio de sustento a la vez, de cientos de revendedores de periódicos en la Isla. Ellos son jubilados, subsidiados, los hay desempleados, que tratan de sobrevivir con ese trabajo. Inspectores y policías muchas veces los hostigan, le ponen multas, le quitan los ejemplares o los intimidan por la ilegalidad que realizan.
Pero los ‘periodiqueros’ no son personas antisociales. Por sus avanzadas edades o impedimentos físicos, demandan se les permita tener permiso y un espacio donde puedan vender los impresos sin ser perseguidos.
En Cuba circulan tres periódicos a nivel nacional: El Granma de lunes a sábado, Juventud Rebelde de martes a domingo y Trabajadores los lunes. Luego, la mayoría de las provincias tienen un periódico, con una tirada semanal o mensual, tal es el Tribuna de La Habana, que circula todos los domingos del año en la capital habanera, así como el Girón, de Matanzas, el Escambray de Villa Clara o el Adelante de Camagüey, entre otros.
Los revendedores madrugan cada día en un kiosco o estanquillo de la Empresa de Correos de Cuba, para comprar una prensa atiborrada de sueños engañosos y de noticias que exacerban la ideología comunista. Todo eso lo tendrán que vender, lo cual de por sí se antoja difícil.
Para conocer las particularidades de este trabajo, CubaNet recorrió diferentes arterias y barrios de la populosa Habana, y pudo ver el deterioro de los estanquillos de ventas de los impresos, asi como entrevistar a más de una decena de esas gentiles personas que batallan por la vida.
Teresa viene todas las mañanas y ocupa un espacio en uno de los bancos del Bulevar de San Rafael. Le preguntamos por qué revende unas revistas “Bohemias”, “Mujeres” y unos pocos periódicos Granma.
“Carezco de ayuda de la seguridad social. Una de mis hijas se ocupa de mí, pero no quiero ser una carga. Por eso vendo estas revisticas. Lo hago cuando puedo. No siempre, porque muchas veces no las alcanzo. Yo le gano unos pesitos por arriba, y me fumo mis cigarritos, tomo mi café, alguna pizza me como. Ella no me puede dar todos los gustos. Antes no existían las necesidades de hoy. Yo quisiera que me dieran una licencia para no pasar más vergüenza. Un día quisieron ponerme una multa, usted no sabe cuánto lloré.”
Andrés es periodiquero en el capitalino reparto del Vedado. A él le preguntamos si es jubilado y cuántos periódicos vende a diario.
“Sí, me pagan unos 10 dólares mensuales de jubilación, pero no me alcanzan para vivir, menos aún para terminar una semana. Por eso soy revendedor de periódicos, compro unos 25 o 35 unidades diarios, algunos me cuestan 20 centavos y otros 50. Pero al menos me gano cerca de 1.35 dólares, más si logro vender a 0.25 dólar algunas revistas Bohemia, almanaques o algo que aparezca. Al día puedo ganarme de dos a tres dólares. Unos 45 o 60 dólares mensuales, según como estén las cosas”.
Miguel, conocido como “el niño”, sentado en la esquina de San Rafael y Aguiar, nos expresó: “He caminado mucho, ahora me siento un rato para aliviar el dolor de mis pies. Gano 9 dólares al mes como pensionado. Hoy la venta no es buena, hubo demora en la entrega de la prensa en los correos, apenas ganamos para un almuerzo. Y alegre estamos que los inspectores nos han dejado tranquilo, sino para qué contar. Como si esto fuera robar. Cuando hablaba Fidel, si la prensa llegaba tarde, ese día no vendíamos ni 20 periódicos. Comíamos menos, te imaginas qué daño nos hacía”.
Eduardo, ex-parqueador de la empresa de Correos de La Habana, ahora vende periódicos en el bulevar de San Rafael. A él le preguntamos las razones por las cuales dejó su trabajo y es periodiquero.
“En el parqueo estatal donde trabajaba tenía que tener vista de águila. Los choferes robaban a los carros, desde una pinza, un espejo, hasta una goma. Aquello siempre repercutía en el parqueador. Trabajaba por 10 dólares mensuales. Ahora como periodiquero gano unos 50 dólares mensuales, camino como un caballo, pero vendo. Este es un trabajo honrado y te topas a quienes quieren maltratarnos, como si fuéramos delincuentes ¿Por qué no nos legalizan?”
Miguel Valdivia vende periódicos en Altahabana, Boyeros. Es jubilado, vive con su mujer, la hija y dos nietos menores de edad. A él le preguntamos si le gustaría ser cuentapropista o trabajar en una cooperativa de periodiqueros.
“Mira, gano 10.25 dólares mensuales, mientras, mi hija trabaja en una oficina, cobra unos 20 dólares mensuales. En la casa comen cinco personas y alimentarse es cosa difícil. Yo me levanto a las cinco de la madrugada para comprar los periódicos o revistas, así es cómo podemos llevarnos un bocado de comida al día. Yo quisiera montar un kiosco, estoy viejo y tengo que caminar mucho. Todo lo que sea para mejorar es bueno, como cuentapropista o cooperativista. Pero lo cierto es que, hasta ahora, no hay cambio. Es una torpeza del gobierno”.
También entrevistamos a Jorge, cartero de la empresa de Correos en el municipio de 10 de Octubre, que reparte la prensa y la correspondencia en seis manzanas, en el reparto la Víbora. Le preguntamos cuál es su salario como trabajador estatal.
“Yo tengo 310 suscriptores a domicilio del periódico Granma, sin contar el Juventud Rebelde y Trabajadores que lo distribuimos sin ese costo, porque el Orbe, Caimán Barbudo y otros no se venden. Hasta el mes pasado ganaba 36 dólares mensuales por rendimiento y 16 dólares de estímulo, pero ahora me quitaron cerca 13 dólares. Esto no tiene arreglo. Te obligan a inventar. Trabajo de domingo a domingo. Los suscriptores pagan mi salario y por el servicio a domicilio le ingreso 34.72 dólares libre al estado. ¿A quién vas a protestar? Si el sindicato es un órgano del gobierno. Dudo que vayan aprobar el oficio de agente postal privado.”
Finalmente conversamos con Cecilia, funcionaria de la oficina de atención al ciudadano en el Ministerio de Comunicaciones. Le preguntamos si se proyecta su organismo por convertir a los revendedores en Agentes Postales.
“No existe marco regulador para los periodiqueros o revendedores, pero está en proyecto la figura del Agente Postal. Ya existe una experiencia positiva con el Agente de Telecomunicaciones, se proyectan nuevas figuras de trabajo por cuenta propia y de las cooperativas.”
Esperemos que los periodiqueros puedan llegar a ser Agentes Postales y su batallar no sea una quimera.