GUANTÁNAMO, Cuba. – Todavía se mantiene como práctica en el Ministerio de Educación el llamado plan “La escuela al campo”, un período en que los estudiantes deben ir a trabajar gratuitamente a la agricultura si no quieren que se les manche el expediente escolar.
Recuerdo que, en mi época de estudiante, luego de recibir la escasa ración de alimentos mal cocinados era común que un grupo permaneciera en los alrededores del comedor. Lo mismo que ocurría cuando se repartía la merienda en pleno campo; casi siempre un jarro de agua con azúcar, una especie de tentempié para poder terminar las extenuantes jornadas de trabajo bajo el sol. Dicho grupo lo conformaban los asiduos del “reenganche”.
El hambriento montón de muchachos esperaba pacientemente hasta que se oía el aviso, momento en que se abalanzaban sobre la abertura en la pared de madera, que daba a la cocina, para recibir una nueva bandeja de comida; o sobre el atribulado repartidor del agua con azúcar para que les echara otro poco del líquido en su vasija.
Los del MININT se apropian del término
Pero la voz “reenganche”, además de significar la posibilidad de no pasar tanta hambre, también significa prolongar el tiempo que dura el servicio militar, algo que por estos días se ha puesto de moda entre algunos jubilados del Ministerio del Interior (MININT) en Guantánamo.
Un jubilado de esa entidad gubernamental ‒la que se encarga principalmente de los órganos represivos del Estado‒ contó a este reportero que, recientemente, había recibido una citación para que se presentara ante un funcionario de la Dirección de Personal y Cuadros de la Jefatura Provincial. El entrevistado solicitó permanecer en el anonimato.
Pensando que se trataba de un trámite para aumentar el monto de su jubilación ‒una “bola” que viene cobrando fuerza desde hace algún tiempo entre los ex “combatientes” de Guantánamo‒ el hombre se levantó muy contento el día señalado y fue bien temprano al lugar de la cita.
Pero el oficial que lo atendió le dijo que la citación se debía a que necesitaban que se reincorporara al trabajo del MININT, pues carecían de fuerza de trabajo capacitada y con experiencia dado el déficit de personal que acusa la entidad en la provincia. Déficit que, por cierto, también se nota en el resto del país.
En el lugar del encuentro había otros como el viejo, citados con el mismo objetivo. El oficial que entrevistaba al jubilado le confesó que el ofrecimiento de “reenganche” se debía a la inestabilidad del personal, la gran cantidad de bajas y la poca incorporación de jóvenes, esto último a pesar de los altos salarios que la entidad paga a sus trabajadores y los recursos que pone a su disposición.
Una de las características de la propuesta de “reenganche” que está haciendo el MININT en Guantánamo es que a los jubilados se les respetará el monto de la pensión, a la cual se añadirá el pago del salario completo por la nueva labor, método empleado también por otros organismos para recuperar a los jubilados.
Conociendo la precaria situación del entrevistado, este reportero le preguntó por qué no había aceptado. Muy molesto, el hombre respondió: “Ya yo no estoy para ese tipo de ‘reenganche’”, y salió rumbo a su casa como bola por tronera. Sus razones tendrá.