LA HABANA, Cuba. -Yeyson Olivera Pérez es un adolescente de 14 años de edad. Su padre, Jesús Olivera, cuenta que cuando su esposa Olga Pérez estuvo a punto de dar a luz a Yeyson, se presentaron en el capitalino Hospital Gineco-Obstétrico América Arias, más conocido por Maternidad de Línea, en el municipio de Plaza de la Revolución. Los médicos se negaron a realizar la cesárea y aseguraron que todo estaba bien y su esposa no estaba haciendo trabajo de parto.
Una semana después, Jesús se envalentonó y, tras dos copas, regresó al hospital junto a Olga. Ante sus imperativos, el equipo médico de guardia realizó la cesárea, sólo para descubrir que Yeyson se había defecado en el vientre materno.
El mundo lo recibió con un total de 14 convulsiones, que le ocasionaron una lesión cerebral severa por sufrimiento fetal o encefalopatía crónica, un padecimiento irreversible, consecuencia de la negligencia médica.
Yeyson aún sufre de convulsiones y como paliativo, necesita Depakine, un medicamento de donación que proviene de España y que lleva tres años sin recibir.
Lamentablemente, para Yeyson y sus padres, sus vicisitudes no terminan aquí. En aquellos tiempos, vivían junto a 16 personas en un apartamento 4 por 4. Tenían que bañar al niño en el pasillo pues el baño era colectivo, y por tanto uso, se encontraba en deplorable estado.
Luego, cinco años atrás, junto a otro grupo de personas, esta familia se ‘coló’ en un local abandonado en la calle Agua Dulce entre Rabí y San Benigno, Cerro, que en nada se diferencia del anterior salvo por el espacio que ahora ocupan junto a su otra hija y nieto.
Yeyson y familiares carecen de agua potable, corriente y de un baño. Bañarlo y bañarse ellos, es toda una odisea. Sin la mínima seguridad, alguien tiene que cuidar mientras los pocos bienes que poseen. La “ayuda” que reciben, es una limosna, en comparación con el daño irreversible causado a Yeyson y el colateral a los padres.
Para sus necesidades sólo cuenta con unos 185 pesos al mes de Seguridad Social, los culeros desechables casi son un regalo de cumpleaños. El sillón de ruedas es de hace más de cinco años, está deteriorado y por tanto, Yeyson no puede asistir a la escuela y menos a la clínica.
Ellos enfrentan un nuevo obstáculo, una fuente cercana le aseguró que está lista la “Orden de Extracción”, nombre otorgado a las tareas conjuntas de desalojo, llevadas a cabo por la policía, Vivienda, Salud Pública y el Gobierno del municipio, una verdadera espada de Damocles.