GUANTÁNAMO, Cuba.- Cada año se celebra el evento jurídico “Abogacía”, convocado por la Organización Nacional de Bufetes Colectivos (ONBC) y los medios oficialistas cubanos forman tal alharaca que pareciera que el sistema jurídico cubano es uno de los más modernos y garantistas del mundo.
Este año el evento internacional se realizó entre el 21 y el 23 de octubre y estuvo centrado en temas como el régimen laboral y el contrato de compraventa internacional en el contexto de la inversión extranjera, los litigios civiles y penales, la valoración y credibilidad de la prueba, el enfrentamiento a la corrupción y los dilemas éticos de la profesión.
Sabemos que a los colegas oficialistas les está vedado adentrarse en el lado oscuro de los fenómenos sociales. Jamás he visto un solo reportaje de unos de estos profesionales sobre lo que piensan los ciudadanos acerca de nuestro sistema de justicia penal, muchos menos sobre lo que piensan quienes están presos, o sobre las condiciones infrahumanas de los detenidos.
Una cosa es la vitrina que cada año montan los jerarcas de la ONBC y otra la realidad que viven cotidianamente los abogados y sus clientes. ¿Qué hay detrás de los reportajes de la televisión y la prensa? ¿Qué opinan algunos abogados guantanameros sobre el congreso y su día a día?
Con el objetivo de dilucidar estas cuestiones abordamos a varios abogados de los Bufetes Colectivos de Guantánamo, quienes pidieron encarecidamente que no reveláramos su identidad.
Varios letrados guantanameros opinan
“Llevo alrededor de seis años trabajando en el sector jurídico y de ellos más de la mitad en el Bufete. Vine con muchas ilusiones pero un hecho bastó para ubicarme en tiempo y espacio”, nos dijo una joven abogada, graduada de la Facultad de Derecho de Guantánamo. Ante mi curiosidad, refirió que apenas cuatro meses de haber ingresado al Bufete le asignaron la defensa de oficio de un joven opositor.
“Me estudié muy bien el expediente, investigué la declaración del acusado y comprobé que era cierta. Cuando me presenté en el Tribunal Municipal de Guantánamo el día del juicio la sala ya estaba llena de agentes de la Seguridad del Estado y colaboradores vestidos de civil, al extremo de que ni la esposa del acusado pudo presenciar el juicio. Dos testigos presenciales propuestos por mí no fueron aceptados por el tribunal y mi defendido fue sancionado por una supuesta resistencia. A pesar de que oportunamente denunció al guardia que lo lesionó, ese juicio nunca se realizó . Escribí una queja a varias instancias y pocos días después fui cuestionada por algunas expresiones que según los jueces hice ante el tribunal. Desde entonces el derecho penal está prohibido para mí”, concluyó.
Otro colega, un abogado treintañero asegura que lo establecido en la Ley de Procedimiento Penal, aun siendo desventajoso para el acusado y su defensor, si se cumpliera, sería algo positivo, pero las pocas garantías se violan constantemente y no hay a quien reclamar. “A veces los acusados se desesperan con razón y nos achacan un comportamiento pasivo. Pero hay que conocer el sistema jurídico cubano para saber los riesgos que corres aun siendo abogado, porque al final ningún dirigente de la ONBC va a defenderte”.
Otro colega, se queja del exceso de controles que existen en la ONBC, algo que implica que el abogado pierda mucho tiempo cumpliendo con formalidades en vez de adentrarse en el estudio y defensa de los casos puestos a su disposición. “Esta organización gana gran cantidad de dinero, pero las condiciones de trabajo dejan mucho que desear. En primer término no hay privacidad pues en cada oficina trabajan tres o cuatro abogados, el calor es infernal y carecemos de medios de transporte adecuados debiendo depender en muchos casos del que resuelvan los familiares del cliente. En la ONBC los autos, los viajes al extranjero, las vacaciones en el motel de Calabazar y la participación en este tipo de congresos son para los jefes”, concluyó.
Todos los años lo mismo
No hay que ser un especialista para saber que las legislaciones penal, civil y administrativa cubanas están entre las más atrasadas y con menos garantías del mundo.
Desde los años 80 del pasado siglo se nuclearon alrededor de la Corriente Agramontista de Abogados Independientes de Cuba, presidida por el Dr. René Gómez Manzano, varios juristas que desde dentro de las estructuras de la ONBC pretendían lograr un cambio en el panorama jurídico del país. Entre sus objetivos estaba lograr modificaciones en las legislaciones penal y civil y mejores condiciones de trabajo y salario para los abogados. Mantener esa postura provocó su expulsión de la ONBC y, en algunos casos, la cárcel.
En 1991 un número considerable de abogados se pronunció por la modificación de la Ley de Procedimiento Penal. El reclamo expuesto con más fuerza era que el abogado fuera parte en el proceso penal desde el mismo momento de la detención del acusado, como ocurre en la gran mayoría de los países civilizados.
Para alguien que desconozca la realidad cubana puede resultar sorprendente que 24 años después, en la emisión estelar del noticiero nacional de televisión de la noche del miércoles 21 de octubre, una joven abogada refiriera ante las cámaras que ese sencillo derecho continúa siendo una quimera en Cuba.