
LAS TUNAS, Cuba.- La dirección provincial del ministerio del Comercio Interior en Las Tunas publicó una nota de prensa recién comenzado el nuevo año diciendo: “A partir del primero de enero de 2017, se implanta un reordenamiento en la distribución normada del pollo y pescado que recibe la población, unificándose las normas en distribuciones del producto pollo, (…) con modificaciones en los ciclos de entrega”.
Según la nota de prensa, este reordenamiento “no implica afectación a las cantidades per cápita anuales que actualmente se distribuyen” de pollo a la población a través de la cartilla de racionamiento.
“Cada consumidor recibe al año 7 libras y 4 onzas de pollo por la libreta (cartilla de racionamiento), de las que 6 onzas mensuales sustituyen al pescado, que es el llamado pollo por pescado. Ahora eso no se afectará, la población recibirá la misma cantidad de pollo, sólo que con menos frecuencia”, dijo un empleado de comercio entrevistado para este reportaje.
La información gubernamental dice que, aunque la zona rural “mantiene las mismas distribuciones”, la población urbana sólo recibirá 10 raciones anuales de 230 gramos per cápita de pollo y nueve raciones de 345 gramos per cápita, especificando los meses que cada municipio de la provincia Las Tunas no recibirá pollo por la cartilla de racionamiento, de los que citamos tres municipios a modo de ejemplo:
“Manatí no va a recibir el producto (pollo) en los meses de marzo y junio y recibirá la vuelta (ración) de 230 gramos en el mes de abril”.
“Puerto Padre no va a recibir el producto en los meses de marzo y junio y recibirá la vuelta de 230 gramos en el mes de abril”.
“Las Tunas no va a recibir el producto en los meses de mayo y octubre y recibirá la vuelta de 230 gramos en el mes de abril”.
¿Por qué esos cambios en la distribución del pollo racionado si al final el consumidor recibirá igual ración, sólo que un poco más tarde?, preguntó este corresponsal a un empleado gubernamental de comercio, respondiendo éste:
“Mire, la semana pasada, en Puerto Padre, en unas 30 cajas de pollo de 15 kilogramos, había 65 libras de hielo, y eso es pollo que faltó en el mostrador, a media libra por persona, son 130 consumidores que no recibieron la cuota. Y ese no es un caso raro, eso siempre pasa, en mayor o menor medida, pero sucede; entonces, disminuyendo las vueltas (entregas mensuales) solamente no se ahorra combustible en la transportación, sino también se ahorra pollo, un pollo que no llega a los consumidores porque coge por otro camino.”
¿Pollo robado quiere decir usted?
“Seguramente, y yo creo que el robo del pollo comienza antes de llegar a Cuba. Imagine que alguien diga al proveedor: ´en cada caja un poco más de hielo y un cuarto de pollo menos y la ganancia nos la dividimos a partes iguales´. ¿Usted sabe cuántas toneladas suman u cuarto o dos de pollo por cada caja? Millones. Y luego aquí ya usted sabe: sobran los que meten la mano en las cajas de pollo, y por eso falta pollo al consumidor y sobra hielo en la carnicería”.

Según la describe el empleado de comercio, parece esta una solución para disminuir las pérdidas por robos de carne de pollo al estilo de Poncio Pilatos, y este es el parecer de los menos favorecidos.
“Ahora cuando usted pregunte en la carnicería uno de estos meses, ya sea marzo o junio, ¿cuándo llega el pollo?… el carnicero dirá: Pollo, el mes que viene. Y eso no es ninguna gracia para los viejos como yo, que no podemos comprar nada caro porque vivimos de una chequera (pensión de jubilados)”, dijo Ernestina, una octogenaria.
“Coja usted una chiva (cabra) y amárrela a comer en buen pasto por la mañana. Quizás usted piense que la chiva tendrá yerba para dos días. Pero la chiva comerá hasta donde dé la soga. Y por la tarde la chiva ya no tiene yerba. Igual pasará con la cuota (racionada) de pollo de un mes para otro. ¿A quién se le ocurre que gente necesitada puede guardar comida de un mes para otro? No, ahora mucha gente se pasará un mes sin probar un pedacito de pollo, no porque no quiera comerlo, sino porque no tiene con qué comprarlo”, opinó José, un obrero agrícola estatal, jubilado con una pensión equivalente a unos diez dólares al mes.
Según dijo recientemente a los medios el ahora saliente vocero de la Casa Blanca Josh Earnest, desde diciembre de 2014 “se había iniciado comercio por más de $ 6 000 millones entre Cuba y Estados Unidos, lo que obviamente ha tenido un importante beneficio aquí (en Estados Unidos)”.
Apreciando que el grueso de las exportaciones de Estados Unidos a Cuba fueron despachos de pollo, soya y maíz, lo que según el vocero de la administración Obama “ha tenido un importante beneficio” para los estadounidenses, cabe apuntar que las relaciones Obama-Castro no han sido igualmente beneficiosa para los cubanos y baste un ejemplo:
Quienes dependen de la cartilla de racionamiento en Las Tunas, que no son pocos, dos meses de 2017 no tendrán una ración de pollo en sus platos, con todo y las buenas intenciones de los demócratas en Estados Unidos y de los “comunistas” cubano-estadounidenses.