LA HABANA, Cuba.- A pesar de que, durante varios años, la frase “Lo mío primero” fue estampada en los envases de algunas bebidas de producción nacional, bajo una política que buscaba promover el producto local por encima de lo importado, en la actualidad al parecer se ha optado por no hacerla demasiado visible.
Cervezas de las marcas Bucanero y Cristal, esta última calificada, por la propia empresa estatal que la produce como “la preferida de Cuba”, han terminado por desaparecer frente a la avalancha de otras cervezas, importadas, que incluso son vendidas a precios inferiores que las producidas en la isla.
Cada día se hace más difícil encontrar Cristal o Bucanero en los mercados, bares y restaurantes de Cuba. En cambio, marcas como Presidente, fabricada en República Dominicana, o Sol, de procedencia mexicana, por ejemplo, abarrotan las neveras y estanterías de nuestros comercios.
En los centros expendedores del sector minorista estatal pocos pueden ofrecer una explicación que vaya más allá de lo especulativo. La mayoría alega que las fábricas están cerradas o que no hay materia prima; otros aluden a la escasez de agua en las provincias donde se producen estas bebidas. Pocos concuerdan en establecer la verdadera causa de la desaparición de las cervezas nacionales frente al aumento de las importadas.
Sergio Galindo, administrador del centro recreativo Las Palmas, en Arroyo Naranjo, comenta que en lo que va de año le ha sido muy difícil conseguir cervezas nacionales en los almacenes que abastecen su local. En cambio, ha adquirido sin ninguna dificultad, grandes cantidades de otras marcas como Heineken, Bavaria, Hollandia, Sol y Presidente.
“Todo lo contrario a años anteriores. Ahora tengo en el almacén cien cajas de Presidente y unas ochenta de Sol. La semana pasada solo pude conseguir treinta cajas de Cristal que se me acabaron en menos de dos horas. La Bucanero en estos días ha sido más difícil encontrarla, sobre todo la de botella. Antes era al revés. Tenía como veinte cajas de Heineken y una estiba completa de Cristal y Bucanero. (…) Lo que me han dicho es que hay cerradas dos fábricas y que hay problemas con los envases de aluminio, pero lo cierto es que nadie sabe en verdad lo que sucede”, explica Galindo.
Una funcionaria de la empresa Bucanero S.A., consultada vía telefónica por CubaNet, aseguró que no ha habido problemas con la producción de cervezas, aunque no quiso ofrecer detalles sobre los niveles de producción actuales con respecto a años anteriores, no obstante, aseguró que ha habido un notable incremento en la demanda, así como se ha comprobado deficiencias en la distribución.
Por otra parte, fuentes consultadas por CubaNet pertenecientes al Ministerio de Comercio Exterior concuerdan en asegurar que la escasez de cervezas Cristal y Bucanero se debe a la diferencias entre los costos de producción de las nacionales con respecto a los precios de adquisición de otras marcas en el mercado internacional.
“El precio de muchas cervezas importadas está muy por debajo de los precios de producción de la Cristal o la Bucanero. Por ejemplo, la botella de Presidente se adquiere a 38 centavos (de dólar estadounidense); la Sol está por los 35 centavos, no más que eso, mientras que una lata de Cristal cuesta unos 55 centavos tan solo producirla, a veces más si tenemos en cuenta la producción”, asegura una de las fuentes, que no desea revelar su identidad.
Licet Entenza, funcionaria del Ministerio de Comercio Exterior, también ofreció una explicación a lo que está sucediendo: “Hace algunos años muchas bebidas importadas se adquirían a través de firmas intermediarias, eso se reflejaba después en los precios, ahora la compra es directa y se importan grandes volúmenes ya que la demanda interna es muy alta y la producción nacional no es suficiente. (…) Ha habido problemas con la tecnología en las fábricas, con la materia prima, es cierto, pero aun así los volúmenes de producción no satisfacen la demanda. (…) Se han encontrado ofertas en el mercado internacional con precios muy buenos, por debajo de los 30 centavos por unidad; nada comparable con los precios de producción en Cuba”.
Mientras tanto, en los comercios de la isla, quienes prefieren el producto nacional al importado o que no se explican que el nuestro cueste más que el foráneo, continúan tras una explicación sobre un fenómeno que, bajo la política oficial de sustituir importaciones, pareciera una verdadera burla.