LA HABANA, Cuba.- De acuerdo con los datos la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, ONEI (que no han sido divulgados por la prensa oficial), la producción agrícola el pasado año 2013 registró un incremento del 6,6%.
La producción de papas, plátanos y cítricos experimentó un decrecimiento, pero hubo sobrecumplimientos en las de boniato, yuca y malanga. También se reportaron saldos positivos en la cosecha de tomate, el arroz, maíz, frijoles y hortalizas, con la excepción de la col, que estuvo por debajo del plan que se había fijado.
Las 10 087 900 toneladas producidas, solo sirvieron para cubrir una pequeña parte de las necesidades de la población cubana, por lo que el gobierno tuvo que destinar 2000 millones de dólares para adquirir alimentos en el exterior para cubrir el déficit y poder garantizar la distribución normada de alimentos. Una sexta parte de ese dinero se destinó a comprar alimentos en los Estados Unidos.
A pesar del incremento de la producción agrícola que refiere la ONEI, los precios de los productos que se venden en la red minorista siguen subiendo.
Esa incontrolada subida de precios es culpa de los corruptos funcionarios de los ministerios de la Agricultura y Comercio Interior, encargados de la distribución y comercialización de los productos del agro.
El año pasado, en el país se produjo solo la tercera parte de lo que se consume anualmente. 450 000 toneladas hubo que importarlas de Vietnam, Estados Unidos, Brasil y Ecuador.
En ningún establecimiento estatal se vende el arroz de producción nacional, que cuesta 14 centavos de dólar la libra, sino el de importación que cuesta seis centavos de dólar más. La producción de frijoles se sobre cumplió en un 103,9%, pero el precio de la libra está entre 60 y 72 centavos de dólar.
Algo parecido sucede con el tomate y la cebolla. A pesar de las buenas cosechas reportadas, los precios de ambos productos no bajan: la libra de tomate cuesta entre 32 y 48 centavos de dólar, y un mazo de cebolla entre 40 y 60 centavos de dólar.
A pesar del sobrecumplimiento en la producción de malanga, su precio oscila entre 16 y 24 centavos de dólar.
Si contrastamos estos precios con los 20 dólares que devengan de salario mensual promedio la mayoría de los cubanos, tendremos una idea de la cada vez más precaria situación de las familias cubanas para adquirir los alimentos.
Todo este desastre es consecuencia del accionar de una burocracia corrupta y parasitaria, que engorda a costa de la miseria del pueblo.
El gobierno de Raúl Castro, en los cinco años que lleva en poder, ha demostrado no tener voluntad ni decisión para revertir esta grave situación.